-como todo nuevo acto de la vida, por primera vez fui al banco “a cobrar” en mi calidad de Jubilado. Y fui con esa inquietud que despierta lo desconocido. Claro que con 67 años, uno cree que conoce todas las circunstancias que deambulan en el medio, desde un punto al otro y, hemos visto tantas cosas que, tenemos el alma curtida.
Llegué al Banco Supervielle de Adrogué, me entregaron un número y observé que había mas de cien personas. Me quité el espíritu y lo envolví en la capa anti-degrinatoria, ya que había presenciado en mas de una oportunidad, el mal trato que se le dá a “los viejos”, o, a los de “La Tercera Edad o, a Los Jubilados” Y esto me había preparado para “el desgaste espiritual”
Por mi tarea cotidiana de realizar entrevistas y volcar en mis trabajos la realidad que nos consume y consumimos, tengo la mirada rápida, el oído afinado y la boca cerrada en los momentos requeridos. Voy filmando con las retinas y grabando en la memoria.
Observé que una señorita recorría a los presentes ofreciendo un servicio del banco y, me toco el turno, Victoria me hablo sobre los beneficios de una tarjeta de ahorro. Inmediatamente acepte la propuesta.
Cuando me llegó el momento de presentarme por el turno correspondiente, me había faltado un paso y…después de esperar una hora, me indicaron que debía realizar primero un trámite en otro sector y, tendría que volver a la cola de espera y, empecé a sufrir.
Pero Dios me envió a Los ángeles que me asistieron con dulzura.
GABRIELA LARIO fue quien al verme desconcertado y ante mi comentario de la espera, llamó inmediatamente a VICTORIA quien a su vez consultó con FIORELLA y, juntamente con PAULA PAZ llenaron formularios y formularios, entonces, comenzó a juguetear mi alma con el agradecimiento y mis ojos filmaban gestos y detalles que fui almacenando en la carpeta de las cosas lindas que empalagan el sentimiento.
De un periquete, habían solucionado el tema y me quitaron la sucia y triste imagen del maltrato a Los Jubilados, a Los Viejos o a los de la Tercera Edad.
También un recuerdo para MATIAS que tuvo su participación al postergar algunos detalles para que las compañeras hicieran el trabajo.
Leí en “La Cita” que el Banco cumplió 120 años, por lo tanto FELICITACIONES POR EL CUMPLEAÑOS SUPERVIELLE Y: ¡¡MUCHAS MAS POR EL PERSONAL DE ADROGUE, QUE SON BROTES QUE AYUDARAN A CRECER 120 AÑOS MÁS!!
Por eso, cada que voy al Banco, las señoritas que me han atendido y siguen haciéndolo con la calidez que ellas tienen, ME PERMITEN SENTIRME UN SEÑOR JUBILADO y disfruto de las pequeñas cosas de la vida como es recibir un saludo cariñoso, desde el señor que te entrega el número para el turno, al cajero que te entrega el dinero.
GRACIAS SUPERVIELLE POR TENER ESTE PLANTEL EN ADROGUE.Juanqui
Llegué al Banco Supervielle de Adrogué, me entregaron un número y observé que había mas de cien personas. Me quité el espíritu y lo envolví en la capa anti-degrinatoria, ya que había presenciado en mas de una oportunidad, el mal trato que se le dá a “los viejos”, o, a los de “La Tercera Edad o, a Los Jubilados” Y esto me había preparado para “el desgaste espiritual”
Por mi tarea cotidiana de realizar entrevistas y volcar en mis trabajos la realidad que nos consume y consumimos, tengo la mirada rápida, el oído afinado y la boca cerrada en los momentos requeridos. Voy filmando con las retinas y grabando en la memoria.
Observé que una señorita recorría a los presentes ofreciendo un servicio del banco y, me toco el turno, Victoria me hablo sobre los beneficios de una tarjeta de ahorro. Inmediatamente acepte la propuesta.
Cuando me llegó el momento de presentarme por el turno correspondiente, me había faltado un paso y…después de esperar una hora, me indicaron que debía realizar primero un trámite en otro sector y, tendría que volver a la cola de espera y, empecé a sufrir.
Pero Dios me envió a Los ángeles que me asistieron con dulzura.
GABRIELA LARIO fue quien al verme desconcertado y ante mi comentario de la espera, llamó inmediatamente a VICTORIA quien a su vez consultó con FIORELLA y, juntamente con PAULA PAZ llenaron formularios y formularios, entonces, comenzó a juguetear mi alma con el agradecimiento y mis ojos filmaban gestos y detalles que fui almacenando en la carpeta de las cosas lindas que empalagan el sentimiento.
De un periquete, habían solucionado el tema y me quitaron la sucia y triste imagen del maltrato a Los Jubilados, a Los Viejos o a los de la Tercera Edad.
También un recuerdo para MATIAS que tuvo su participación al postergar algunos detalles para que las compañeras hicieran el trabajo.
Leí en “La Cita” que el Banco cumplió 120 años, por lo tanto FELICITACIONES POR EL CUMPLEAÑOS SUPERVIELLE Y: ¡¡MUCHAS MAS POR EL PERSONAL DE ADROGUE, QUE SON BROTES QUE AYUDARAN A CRECER 120 AÑOS MÁS!!
Por eso, cada que voy al Banco, las señoritas que me han atendido y siguen haciéndolo con la calidez que ellas tienen, ME PERMITEN SENTIRME UN SEÑOR JUBILADO y disfruto de las pequeñas cosas de la vida como es recibir un saludo cariñoso, desde el señor que te entrega el número para el turno, al cajero que te entrega el dinero.
GRACIAS SUPERVIELLE POR TENER ESTE PLANTEL EN ADROGUE.Juanqui
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