Monday, December 28, 2009

UN EN NOCHE BUENA, UN ABRAZO FRATERNAL Y PAN DULCE A LOS HABITANTES DE LA CALLE






Las 10,30 hs. de la noche, les dí un beso a mis hijos y salí, un vientito frío proponía ponerse un saco o campera, iniciaba mi camino hacia la Iglesia, donde me habían invitado para que los acompañe en el operativo que se haría para entregar “pan dulce y otras cosas” a las personas que estaban viviendo en las calles, principalmente, y, también, a los que estarían cumpliendo funciones en la noche de navidad. La Noche Buena.


Llegue a la Estación de Burzáco, nadie en la zona. Solo las luces prendidas de los puestos de ventas sobre el costado de afuera. Quieto, escudriñando la zona, que parecía extraña sin el movimiento habitual. Traqueteando cansado, un tren y casi vacío se detuvo, bajaron 15 0 20 pasajeros, llegaban desde Constitución y corrían en busca de los colectivos que…tampoco estaban en los andenes.


Fui al lugar desde el cual correspondía tomarlo para la capital. Solamente los perros y Yo, y nadie a quien preguntar por el servicio.
Llegué a Constitución cuando el estruendo de los cohetes imponía silencio y en el cielo surcaban relámpagos y luces de colores que ponía el cuadro especial del festejo de la Noche Buena.


Comencé mi camino hacia los lugares que me había anotado, mi hoja de ruta. (Había sacado fotos de los lugares que haría en mi recorrido con el grupo). Ahora, Iba observando los lugares donde estaban otros habitantes de la calle.
Aquí también las calles casi vacías, muy pocos transeúntes, alguno que caminaban apuraditos y…, no vi, brindis ni felicitaciones con abrazos. No, allí, trataban de cubrirse con cartones u, otros elementos para –dormir-


Llegué a una Iglesia, había un grupo trabajando, embolsando cosas y armando paquetes. Allí me dijeron, “…nada de fotos y entrevistas…hagámoslo anónimamente…”  (Claro, esa señora no me conocía, no sabía que mi cámara ya había apuntado y capturado las imágenes). La persona que me convocó estaba en otra Iglesia, luego de una comunicación, me acercaron en un automóvil a Av. Santa Fe al 1400. Ya era la una treinta y los voluntarios estaban citados para las dos.


El ambiente de los voluntarios era alegre, de toda edad y distintos ámbitos sociales. Todos predispuestos a llevarles –calor humano- a los sufrientes de las calles. Ya estaban las –rutas- y lugares específicos, al que debían transportar los elementos en sus vehículos. Otros, la mayoría, caminando.

Los que habitan en las calles, no tienen un perfil definido, los hay quienes caminan solos, se acobachan en cualquier portal. Los que viven en grupos, se juntan generalmente en las plazas, lo mismo que las familias que viven debajo de las autopistas. Hay niños, jóvenes, adolescentes…


El “Abordaje” no es fácil. (Acercarse, despertarlos o no, presentarse, y ofrecer…charla) No es fácil porque, las personalidades conflictivas, o en conflicto no están esperando a –los voluntarios- (a La Iglesia) que les traen pan dulce, turrones y todo eso, que, posiblemente le hayan acercado más temprano otras personas.

Los habitantes de la calle tienen distintas problemáticas, más allá de la vivienda. La mayoría, está –presos- del alcohol, principalmente, luego se suman otras cosas que van caracterizando a los grupos.
Alcohol, droga, arrebatos, prostitución, robos menores, mendicidad, venta ambulante y, un sin fin de cosas que, solamente los conocedores del medio lo saben.


En Paraguay y Rodríguez Peña hay una plaza frente a la Iglesia Del Carmen, allí, un grupo que vienen a pernotar, tienen ocupados el espacio, y una familia con adolescentes que…”Trabajan” en la zona, venden flores, piden monedas en las ventanillas del subte, u…, otra cosa. Los padres, caminan en la frontera social de la ubicuidad razonable. Alcohólicos a ojos vista.

En otra plaza, un grupo, (No lo dicen pero se conoce) que, vienen de un área cuestionada, quizá, hayan compartido el encierro en una cárcel o en comisarías. (Eso dicen los vecinos informados por algún agente barrial) Estas personas, a esa hora, ya tuvieron muchos brindis, pico a pico en un tetrabrik.

La desconfianza es la reina del momento. Ellos sonríen lobunamente, los jóvenes hacen su presentación, entregan sus paquetes y charlan y charlan. Le dan la mano, un abrazo.
Miro desde atrás, los miro a los hombres que les cuentan a los chicos que; -“…no tenemos trabajo, hacemos changas, y, no nos quieren ayudar…mi familia se quedó en…, tengo chicos que, no los puedo ver…”

En otra plaza, una familia suigéneris, tres señoras (35 a 40 años), varios chicos y, los hombres no se ven, tienen armado un lugar con especie de carpas, armadas con ropa colgadas de las ramas de los árboles, tienen sillas plegables, y luz eléctrica (Colgados)
Tienen sus historias. Desalojos de lugares usurpados y, casi igual a todos, sin trabajo, viven de lo que recaudan al día mendigando, pidiendo y proveyéndose de agua de las canillas de la zona. –dicen que- los hombres viven changueando.

Otros, ya no pueden coordinar palabras, el alcohol los tienen sometido.
Ahora son víctimas de la sociedad, del gobierno, de los gobiernos, y, de todos los que de alguna manera, tenemos la gracia de Dios, de tener claridad, de pensar, de razonar.

El planteo es real, -no consiguen trabajo- pero, ¿Quién le dará un lugar en las condiciones sociológicas en que se encuentran?
Sucios, desgreñados, alcoholizados, quizá drogados, y con un aspecto de imprudencia que, a veces, cruzan los límites de las buenas costumbres.

Además, los que han pasado por la cárcel o estuvo en esas situaciones de dureza disciplinaria o condicionado en su desplazamiento o…como usted lo defina, esas personas, tienen otra forma de trato, han cruzado el límite de lo tradicionalmente natural y, quizá, hayan perdido el sentido de la ubicuidad, y algunos, han quedado atrapados en las redes de la delincuencia.

Hay otras historias, hombres grandes que han sido expulsados del hogar por no tener trabajo, o, porque su estado emocional lo ha puesto en el medio. Las mujeres tienen otro tipo de historia y, sin un compañero a su lado, se –las arreglan- con mayor facilidad. Además, las ví muy bien vestidas y, se habían –quedado porque los chicos les avisaron que venían los de la iglesia-
Más allá de las historias de las personas que viven en las calles y plazas, la –buena voluntad- de las organizaciones que tratan de llevar -un poco de calor humano- está bien pero, es una gota de agua…en el Río Paraná (Correntoso, turbio, profundo)
Además, el trabajo realizado por el Gobierno de La Ciudad, es cuestionado por organizaciones de –los derechos humanos- u otra naturaleza que, no están de acuerdo con el programa de recoger a los habitantes de la calle y colocarlo a resguardo para, primero, acondicionar la salud y, a partir de allí, lo demás.

Ellos, los afectados, no irán por si, a los lugares de prevención de la salud ni, a ninguna organización que trate de brindarles ayuda. Además, si no es un programa que se aplique –masivamente- los casos individuales llevan mucha tramitación burocrática.

Aparentemente, los habitantes de la calle, no quieren ser tratados por ninguna entidad ni ser recogidos –oficialmente- para su curación o solución a su problemática habitacional.
He sido testigo de hechos donde el gobierno los ha alojado en “hoteles familiares”, luego, se les ofreció un dinero para que se compren un terreno y se los ayudaba a construir la vivienda, en el conurbano o, zona acordada, han aceptado, pero más tarde, regresan y comienzan a vivir nuevamente en situación de emergencia.
Este hecho, es practicado por este gobierno y los anteriores.

He iniciado la nota como un cuento, porque… Pareciera que esta forma de paliar la condición humana de los habitantes de la calles, es un cuento de hada, que se diluye apenas los voluntarios se alejan de los beneficiarios del abrazo fraternal y, del pan dulce que entregaron lleno de cálidos sentimientos.
Digo, la condición humana, porque, la social, es tratada en otros ámbitos, donde prevalecen cuestiones de intereses políticos.

Comencé el regreso cuando el día luminoso recibió con luces propias a LA NAVIDAD-  Pasé por los mismos lugares y observe que los visitados, -descansaban- soñando con la visita del Niño Jesús, o de Papá Noel, o Santa Claus, o de los muchachos de Macri, tratando de ponerlos a resguardo de su propia vida. PORQUE, LOS MILAGROS, VIENEN DE LA MANO DE LOS QUE EJECUTAN UNA POLITICA DE –ACCIÓN SOCIAL- PARA UNA COMUNIDAD ORGANIZADA Y CON EL OBJETO DEL BIEN COMÚN, SIN LAS MISERIAS OPOSICIONES DE EGOS AMBICIOSOS QUE BUSCAN LOS FLASHES PARA EL MARKETING PERSONAL O PARTIDARIO.


Juanqui
Email:viarrapida@gmail.com
Email:confinadrogue@gmail.com 

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