Thursday, October 28, 2010

LA PRESIDENTE NECESITA PAZ, EQUILIBRIO Y ARMONÍA SOCIAL.

JCV. Cap.Fed. 7,34hs.
LA PRESIDENTE NECESITA PAZ, EQUILIBRIO Y ARMONÍA SOCIAL.
De pronto, callaron las trincheras, y surcó la web, el cíber espacios, la noticia que había caído el guerrero. ¡Ha muerto Kirchner! No hubo tiempo al silencio, solo el asombro, la incredulidad correteaba entre las teclas de las máquinas que trasladaban las noticias. ¡Ha muerto Kirchner!
Se abrieron los archivos, las agendas y surcaron las llamadas telefónicas para escuchar el silencio que precedía a la palabra de la persona buscada. Primero silencio, después, emoción y un profundo respeto y, alguno que no pudo contener un quejido o llanto.

Los convocados por las llamadas eran –los de enfrente- y todos, emitieron sus palabras con un profundo respeto y dejaban a un lado las armas que esgrimían en crudas batallas verbales y, enviaban un cálido saludo a la compañera del hombre caído en la arena política. “…a la señora presidente, para acompañarla en su dolor”

El adversario que hacía unas horas había cruzado espada en acérrima batalla intelectual, con Néstor Kirchner, dejaba la pluma, la espada y el sayo para brindar su reconocimiento y respeto al hombre caído, y enviaban a su mujer, la Presidente Argentina, sus sentimientos para acompañarla, despojados de consignas.

Pareciera que se había apagado el generador del campo de batalla. No había enemigo al frente, no estaba la persona que empuñaba el pendón que lo identificaba, avanzando contra las corporaciones,.envistiendo al FMI, a los medios, neutralizando a las FFAA, reivindicando derechos humanos, presionando a las organizaciones del campo, incluyendo a montoneros en su gobierno, condenó la discriminación, y marcó cada acto político en el desarrollo nacional, inclusive, en el hacer de su esposa.

A un año de las elecciones presidenciales, la muerte de Néstor Kirchner ha dejado un escenario abierto, hasta ayer, la posible intención de buscar la reelección de su esposa o la de él, ponía de inmediato a todos los políticos que representaban a sus agrupaciones, en estado de confrontación por acceder al mismo lugar.

Hoy, en este momento, en esta instancia, la presidente no tiene adversario, no tiene quien le dispute el lugar dentro del marco que ocurría hace unos días. Pareciera que ha quedado el llano social quieto, a la espera del espíritu cauteloso que acaricie las voluntades para cerrar heridas y caminar hacia un objetivo común.

Se observa un manto blanco y también el desplazamiento sigiloso del presente que tiene ante sí, un cuadro de situación que les presta un sola oportunidad para unir, y espera la primera señal que indique el punto de partida. La presidente debe decidir en la más absoluta soledad, en lo profundo de su conciencia, con quienes o con quién tomará el finito hilo del pensamiento.

-El quien-, en esta hora de flaqueza espiritual de la presidente, es el pequeño sostén que debe tomar para apoyarse. Es quien le ayudará a mantener el equilibrio que requiere la armonía social, primero, luego, la atención al desarrollo de lo programado, del proyecto, del modelo por el cual vienen trabajando.

-El quien-, para este tiempo, debe de ser poseedor de un profundo equilibrio, con enorme respeto hacia la primer mandataria, y, no exhibir el mínimo rasgo confrontativo, ni en su presencia, para no predisponer la sensibilidad de las pasiones ni de los egos traviesos.
Este es el primer punto, por que ya se escuchan voces que alientan a “-rodear” a la presidenta, otros, “…si ganan las elecciones -otros- tomaremos la plaza-“La presidente debe ejecutar, nosotros haremos el trabajo de Néstor, la batalla la daremos nosotros…” ¿?-

Si esto ocurriera, la oportunidad que da la vida, se terminará de un solo gesto. Dentro del –Entorno- (“entorno” que se usó en el tiempo de Isabel) se encuentran hombres que tienen, solamente en su presencia, -el rechazo marcado, IMPLÍCITO- Y si estos integrantes de –su entorno- son los emisarios, representantes o voceros, posiblemente, convoquen a una encarnizada batalla por el poder. NO ES HORA.

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