DÍA DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Al menos 1 de cada 3 mujeres en el mundo ha padecido a lo largo de su vida 1 acto de violencia de género (maltrato, violación, abuso, acoso, etc.), y desde diversos organismos se ha destacado que ese tipo de violencia es la causa de muerte o invalidez Nº1 para las mujeres entre 15 y 44 años.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El término “violencia de género”, es como frecuentemente se refiere a la violencia ejercida contra la mujer, aunque en realidad, la descripción es mucho más amplia, y abarca no sólo la diferencias de sexo, sino también de razas o credos.
Sin embargo, la violencia contra la mujer, mayormente ejercida por hombres, quienes por lo general son además, parejas o familiares, presenta numerosas facetas que van desde la discriminación y el menosprecio hasta la agresión física o psicológica y el asesinato.
Según estadísticas, al menos una de cada tres mujeres en el mundo ha padecido a lo largo de su vida un acto de violencia de género (maltrato, violación, abuso, acoso, etc.), desde diversos organismos internacionales se ha resaltado que este tipo de violencia es la primera causa de muerte o invalidez para las mujeres entre 15 y 44 años.
Las Naciones Unidas en su 85ª sesión plenaria, el 20 de diciembre de 1993, ratificó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en la que se la reconoce como un grave atentado contra los derechos humanos e insta a que “se hagan todos los esfuerzos posibles para que sea la declaración sea universalmente conocida y respetada”.
En tanto, define la violencia contra la mujer en su artículo 1:
A los efectos de la presente Declaración, por "violencia contra la mujer" se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.
En 1999, las Naciones Unidas, aceptó la propuesta de la República Dominicana con el apoyo de 60 países más, y aprobó declarar el 25 de noviembre como “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”.
En la actualidad, Estados, organizaciones internacionales y distintos estamentos destinan numerosos esfuerzos para erradicarla.
Kofi Annan, en su condición de secretario general de las Naciones Unidas (hoy ya ex secretario), en numerosas ocasiones, mostró su preocupación y sostuvo que “la violencia contra la mujer tiene un alcance mundial y se presenta en todas las sociedades y culturas, afectando a la mujer sin importar su raza, etnia, origen social, riqueza, nacionalidad o condición”.
Antecedentes
La expresión violencia de género es la traducción del inglés gender-based violence o gender violence, expresión difundida a raíz del Congreso sobre la Mujer celebrado en Pekín en 1995 bajo los auspicios de la ONU.
En tanto, los términos “violencia familiar” o “violencia intrafamiliar”, comprenden la violencia entre todos los miembros de la familia, menciones que han ido creciendo desde 1988 en toda Sudamérica, en especial, para casos de violencia ejercida por la pareja.
Ya en 1993, las Naciones Unidas reconocían “la urgente necesidad de una aplicación universal a la mujer de los derechos y principios relativos a la igualdad, seguridad, libertad, integridad y dignidad de todos los seres humanos”, y reconocía además, el papel desempeñado por las organizaciones en pro de los derechos de la mujer, organizaciones que facilitaron dar visibilidad al problema.
Siendo la violencia contra la mujer un problema que afecta a los derechos humanos, que “constituye una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a la dominación de la mujer y a la discriminación en su contra por parte del hombre e impedido el adelanto pleno de la mujer, y que la violencia contra la mujer es uno de los mecanismos sociales fundamentales por los que se fuerza a la mujer a una situación de subordinación respecto del hombre”, Naciones Unidas ve la necesidad de definirla con claridad como primer paso para que, principalmente los Estados, asuman sus responsabilidades y exista “un compromiso de la comunidad internacional para eliminar la violencia contra la mujer”.
La declaración incluye seis artículos en los que se define la violencia contra la mujer y las formas y ámbitos de esta violencia, al tiempo que enumera los derechos de las mujeres para alcanzar la igualdad y su pleno desarrollo e insta a los Estados y organizaciones internacionales a desarrollar estrategias y poner los medios para erradicarla.
El 5 de marzo de 1995, se adoptó la “Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer: Convención de Belem Do Para”.
Sin fronteras
Los especialistas suelen señalar como máximo culpable de este mal, al sistema patriarcal al que responde la mayoría de las culturas. No obstante, en la actualidad, la violencia contra las mujeres no es exclusiva de ningún sistema político o económico y lamentablemente se da en todas las sociedades del mundo, sin distinción de posición económica, raza o cultura.
Las estructuras de poder de la sociedad fueron responsables de perpetuarla y de llevarla a un estado de omisión permanente en el que casi hubo durante décadas, una aceptación tácita de cierto tipo de situaciones que se daban en el seno del hogar, con una frase que trajo muchos dolores de cabeza a la sociedad argentina por otras circunstancias políticas, pero que se aplicaba para justificar la violencia contra la mujer: “algo habrá hecho”.
En Argentina
Hoy, aunque el tema es público y se ha avanzado en parte con la legislación que intenta proteger a las mujeres de ser violentadas en el ámbito familiar, todavía es insuficiente.
La violencia difícilmente se inicie de manera física. Por lo general, antes de llegar a este punto, hubo previamente una constante desvalorización de la persona, un maltrato verbal, y una intención de quebrantar psicológicamente a la mujer que casi termina considerando que todo lo que le sucede, es porque se lo merece o porque con alguna actitud suya, lo provocó.
Si por el contrario llegase a reaccionar y tener intención de cortar con esa relación, suele suceder que el hombre se deshaga en disculpas, con promesas de que “jamás ocurrirá nuevamente” y juramentos de amor que terminan consiguiendo lo único que les interesa: que la mujer no los abandone. Con el tiempo, lamentablemente en la mayoría de los casos, la situación se repite nuevamente, y ambos caen en un círculo vicioso.
El problema, es que para romper con esto, debe no sólo existir una fuerte voluntad de la mujer que deberá estar dispuesta a enfrentar las consecuencias, sino que además, resulta difícil tener a quién recurrir.
La violencia doméstica genera vergüenza, y es ocultada por las víctimas que no quieren compartir su problema con la familia también por miedo a que el hacerlo público desate aún más violencia, y suele suceder que cuando intenta pedir ayuda, ya no tiene a su alrededor amistades profundas, porque otra de las características de este tipo de relaciones, es ir privando a la mujer de la posibilidad de contar con amigas/os que puedan ir en su ayuda.
A esto debe sumársele que si hay hijos de por medio, suele haber amenazas con respecto a la tenencia, y que si no se logra excluir al hombre de la vivienda, la mujer debe enfrentar la calle con las pocas pertenencias que pueda sacar de la casa, y con un destino incierto, porque en la mayoría de las ciudades argentinas, no existen refugios para amparar a estas mujeres y sus hijos.
De todos modos, aún en el caso de la exclusión del hogar para el hombre que ejerce la violencia, y la obligatoriedad legal de respetar un perímetro de distancia de 300 metros de la mujer y los lugares que ésta frecuenta, en la práctica, esto no ocurre. Nadie controla que se respete la norma, y no se ha pensado tampoco en un sistema de control electrónico que permita estar alerta si esa distancia se viola.
Es por eso, que lamentablemente, aún con denuncias previas, y con sentencias de la justicia para guardar distancia, siguen sumándose casos de asesinatos de ex parejas.
El tema es complejo, y no se centra sólo en la relación de pareja, ya que también hay numerosos casos de violencia familiar en la que la destinataria es la hija. A veces, con la mirada cómplice de la madre, y otras porque sobre ella también se ejerce violencia y para ambas, se hace aún más difícil de salir.
El problema además, es que las cifras no descienden, y las generaciones que aceptan esto como un hecho cotidiano, se inclinan luego, a repetir el modelo cuando conforman su propio núcleo familiar.
Hace falta todavía más y mejor legislación, pero también, más y mayor concientización de que nadie está exento de que le ocurra, y que la violencia de género afecta por igual, a todos los estratos sociales, aún, con mayor o menor educación formal, y con mayor o menor independencia laboral.
En la provincia de Buenos Aires
Durante el año pasado, 12.011 mujeres denunciaron sufrir violencia en el seno familiar en la provincia de Buenos Aires.
En total se recibieron 13.692 llamados a alguna de las líneas telefónicas habilitadas por la Provincia, y en el 90% de los casos, la denuncia fue hecha por las propias víctimas, con un promedio de 37 denuncias diarias.
La diferencia entre el número de denuncias y el número de llamados recibidos radica en que algunas mujeres llamaron más de una vez para pedir ayuda.
La cifra total es superior a la que se había registrado en 2008, pero los especialistas creen que esto se debe más a la difusión que tuvo el servicio que a un aumento de la violencia.
Otro dato que se reitera con respecto al año anterior, es la procedencia del maltrato. En el 87% de los casos, el agresor es la pareja o ex pareja de la denunciante, ya sea novio, marido o conviviente.
También sorprendió que en el 23% de las denuncias, el agresor fuera una ex pareja, y en muchos casos, habiendo estado varios años separada.
La franja etaria que realizó la mayor cantidad de llamados es la comprendida por mujeres de entre 25 y 54 años; seguida por un 20% de mujeres que no llegan a los 24 años, un claro indicador de noviazgos violentos.
Según los especialistas, “la agresión física se acompaña generalmente de otros tipos de violencia, como la sexual, el aislamiento, las lesiones y la restricción de la libertad”, pero también destacan el incremento de “una violencia más solapada, la verbal”, que estuvo presente en el 94% de los casos, mientras que en el 83% hubo además violencia física.
En el 13% de los casos se denunció violencia sexual; el 39% fueron amenazas de muerte y en el 35% la víctima terminó con lesiones.
El Programa de Atención de la Violencia contra las Mujeres cuenta con un servicio gratuito de atención telefónica durante las 24 horas, los 365 días del año, al que se puede llamar para recibir orientación o solicitar un móvil policial en caso de emergencia: 0800 555 0137.
En caso de no recordar este número se puede llamar directamente al 911, y pedir ser derivada al AVM.
Encuentro bonaerense
En la semana en que se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el presidente de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, Horacio González, encabezará este martes 23 de noviembre, una jornada sobre la Violencia de Género.
Durante el encuentro, que se llevará a cabo en el edificio anexo de la Legislatura, ubicado en la calle 53 Nº 671 de La Plata, entre las 9.30 y las 16, expositores de vasta trayectoria y conocimiento a nivel internacional, nacional y provincial disertarán sobre el fenómeno y los asistentes participarán en talleres de debate y reflexión.
“La finalidad de la jornada es brindar un profundo análisis de las experiencias de aplicación de políticas públicas destinadas a eliminar la violencia de género, en base a la identificación de problemas y causas, pero con un sólido planteo de propuestas superadoras de solución para trabajar en conjunto”, señalaron los organizadores.
Al respecto, Horacio González destacó “la trascendencia de la jornada” y señaló que “es necesario debatir y reflexionar con todos los sectores sobre la gravedad de este problema, a fin de elaborar políticas integrales que permitan eliminar la violencia contra la mujer en nuestra provincia”.