seguir luchando contra la burocracia
Adicción patología social.
De Jorgelina E. Rodriguez
Adicción quiere decir
etimológicamente lo no dicho.
En nuestra sociedad
actual los jóvenes se encuentran inmersos en un paradigma llamado post
posmodernismo; la caída de valores junto con depresiones graves y la asociación
directa a las drogas son una constante.
Históricamente
existen antecedentes de que el consumo de sustancias y preparados han existido
desde siempre. Café, mate, té, cola, guaraná, han sido cultivados para su
utilización desde tiempos inmemoriales para reducir la sensación de fatiga y de
hambre.
Es en la época
moderna donde se produjo el empleo de sustancias de efectos depresivos sobre el
sistema nervioso central como el alcohol y opiáceos.
La mayoría de los
jóvenes expresan que no tienen deseos de
estudiar, ni de hacer
nada en pos de un ideal.
En Argentina
Como en otros países
esto se debe a la desesperanza en cuanto al porvenir, entonces se yuxtaponen
factores netamente culturales, sociales, políticos más los individuales puros.
Freud decía en
Psicología de las masas y análisis del yo que: “Todo individuo es social antes
que individual” refiriéndose a que nacemos ya en una cultura, época que nos
preexiste.
El uso y abuso de
substancias, se deben a múltiples factores, paso a enumerar algunos:
1. la sociedad en
dónde el sujeto toma valores, creencias, ideales, objetivos, etc.
2. la familia donde
se estructura subjetivizándose como ser del deseo, configuración compleja, ya
que de allí depende su posicionamiento en la vida como la herencia en sentido
de admisiones u omisiones
La situación
económica en dónde se vive.
3- Las creencias
religiosas que cada vez son menores debido también a una sociedad en declive
espiritual.
Hablar de adicciones
es decir lo imposible en boca de sujetos que no pueden expresarse en un mundo
que visualizan como cerrado y es un intento fallido de huir de lo insoportable.
Las toxicomanías
cuando suplen el sentido del ser hacen del adicto de bastón para poder caminar;
es en todos los casos carencia de padre y de una madre que no sabe vehiculizar
la palabra paterna. Las suplencias del fármaco hacen de fantasma conforme el
sujeto está drogado mientras que en la abstinencia la falta en ser se
manifiesta en un dolor agudo, tanto físico como psíquico.
La mayoría de los
programas que se han desarrollado y aun se desarrollan en Argentina son
precarios ya que el reduccionismo impera en ellos.
Algunas granjas de
recuperación más bien actúan como establecimientos de control en dónde el
nombre pasa a un segundo término por la frase “Soy adicto”.
¡Pero eres persona! Y
tu ser ¿A quién le pertenece?
Ello sería la
pregunta ingenua. El Estado ve posibilidad de acción sólo en grupos de riesgos,
no en enfermos y por ello los neuropsiquiátrico se desbordan. Los planes no
incluyen reinserción laboral, profesional, cursos, sino más bien marginación y
una idea de país de primer mundo:-“La droga es imposible de erradicar; demos a
las personas la posibilidad de drogarse tranquilamente y nos mantenemos al
margen.”
Son en verdad
marginados, como sucede en España y más aun en Suiza sin un verdadero plan que
apunte a la cura. Mientras ésta existe se mide entre costos y beneficios en
materia económica.
¿Cuánto sale
recuperar a un paciente adicto?
¿Cuánto mantenerlos
al margen a través de centros que palian las demandas?
¿Cuánto erradicar la
corrupción y el gran negocio de las drogas?
Merck laboratorio de
Alemania, sintetizó por primera vez la cocaína de allí que se diga merca.
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