LOS MENORES EN EL CAMINO HACIA
–LAS TUMBAS- Y CON LA LEY DE IMPUTABILIDAD.
Mientras el dolor recorre y aprieta los sentimientos de las familias que sufrieron la muerte por asesinatos de familiares, por menores inimputables, caso el chofer de la empresa Andriani, el señor Capristo, desde Néstor Kirchner a otros funcionarios y civiles, reclaman a gritos, se provea de leyes que regulen a criminales menores de edad, de acuerdo con las leyes vigentes.
Cada vez que ocurre una situación de esta naturaleza, la sociedad se divide para expresar su opinión en cuanto si, es o no, lo correcto para neutralizar el accionar de menores de edad que cometen asesinatos, más allá de los robos y otras alternativas de la criminalidad.
La sociedad y los funcionarios que deben velar por la situación de seguridad, por la reglamentación de las normas que administran justicia para estos jovencitos que, diariamente, cometen los atropellos y asesinatos.
Jueces y ministros, expresan sus opiniones que no siempre concuerdan con las necesidades y pedidos de –justicia- que reclaman unos y otros.
Unos, los que proponen –justicia- tipo la ley del talión. Ojo por ojo diente por diente. Es decir, “vos mataste, yo te mato”. O dicho de otra manera, “al que mata hay que matarlos”.
Desde que ocurrió el –hecho- del menor que disparó 9 balazos sobre el señor Capristo, se ha puesto sobre la mesa, nuevamente el pedido sobre tablas de una ley que –ajusticie- a los menores que cometen los actos de criminalidad conocidos. Nuevamente, ingresa en los distintos ámbitos que tienen relación con menores, las disputas de tal o cual morma cuestionada y, de la aplicación de las mismas para tal o cual situación.
Nuevamente comienzan los análisis sociológicos. Psicólogos, filósofos, profesores, abogados, constitucionalistas, jueces, maestros, pedagogos, legisladores y, todo aquél que tenga participación social, política, opina, o se ve obligado a hacerlo, dado la búsqueda de la noticia que capte mayor audiencia o lectores.
Los Jueces de Menores que están involucrados directamente, como fiscales y policías, legisladores y ministros del área, no se ponen de acuerdo a cuanto la mecánica que debe imperar en los actos de administrar justicia. Por ejemplo;
“ …los Centros de Retenciones y Evaluación -son Cárceles- donde los menores deben cumplir con su arresto y están en celdas que tienen camastros de cemento y los baños al lado, y, ven la luz del sol cada 48 hs…”
“…los lugares donde son derivados estos menores no son Terapéuticos…no están en condiciones de contener a estos chicos y, no se les brinda la atención necesaria a la problemática que se busca erradicar…”
“…no es posible que un chico deba pasar 180 días en un lugar Represivo que no está preparado para dar la solución que necesita ese jovencito…”
“…no es posible que se ingrese a un menor delincuente que ha cometido varios ilícitos inclusive asesinatos, a un lugar semi abierto, donde tienen salida y…queda a expensa a la buena de dios, si se quiere escapar…se escapa, además, los chicos que están allí por otras situaciones no delictivas, por ejemplo, fuga de hogar, maltrato, u otra situación, conviven con los pequeños delincuentes...y, no es precisamente buena química…”
O, como el Ministro ARROYO en la Provincia de Buenos Aires que se opone abiertamente a que se baje la edad de imputabilidad, dado la gran problemática social que existe en la provincia y, que según el ministro, es la causante del incentivo marginal a que son sometidos los chicos y jovencitos, que viene sumergidos en situaciones de necesidad primaria, donde, se observa una gran deserción escolar, debido, a que debe trabajar para ayudar a su familia, entre otras cosas, “Chicos buenos que van a pagar el pato…”
Así las cosas, el Ministro Arroyo, tiene muy clarito la situación social y lo avala con números que dan escalofríos, deserción escolar, pobreza, marginalidad, discriminación, padres sin trabajo y alcoholismo, drogadicción y…
El jovencito de que se trata, tiene desde los 10 años a 12, 13, 14 o, 15 años. Niños.
Hasta aquí, nadie, nadie de los involucrados en la temática del menor delincuente, ha mirado hacia el lugar desde donde, se los envía a los niños a que cometan los hechos. Nadie habla de LOS GRANDES, de los adultos, de los mayores que, empujan, que los preparan, que los incitan, que los manipulan, que los obligan a cometer los mil y un delitos que más adelante, son –culpables-.
Es decir, -mirado- en relación con afectar a los –grandes- a los proveedores de estos niños a la delincuencia, a la criminalidad.
Más allá de los vicios a que son sometidos, por que, se les provee des –pacos- a otros elementos, según policías y fiscales que comentan en off, pero, que, también dicen ello, -“no podemos hacer nada”, las sociedad misma, es testigo de situaciones conocidas y a la vista de todos. Los chicos –vendedores- en los trenes, en las estaciones, andenes, en las calles, en los alrededores de centros convulsionados, Once, Constitución, Mercado Central, Estaciones de Servicio, en Retiro y, en cuanto otro lugar se preste para encubrir situaciones de esa naturaleza, y, prostitución y arrebatos. En su mayoría, se ve, a un grande que los acompaña y los sigue entre las sombras, a la espera de lo recaudado.
Sería importante que los que se desgañitan gritando contra los niños delincuentes, también pidan de la misma forma que LOS MAYORES, LOS GRANDES, LOS ADULTOS, sean los primeros investigados e involucrado en las causas, en los delitos, en todas esas cuestiones que involucran en la criminalidad a los niños.
Si la ciencia y la técnica están preparadas para –investigar- los hechos, sería posible que, se extienda la investigación hacia el principio, donde nacen estas situaciones en que un niño comienza el accionar.
Los vecinos, los tíos, los padres, saben desde donde parte la indicación, desde donde se manipula al niño y, el mismo jovencito, tarde o temprano, dirá quien los ha puesto en el camino del crimen.
Solo que…a veces, los intelectuales, conocen mejor que nadie la red y tiene sometidos a propios y extraños.
Antes de acordar legislativamente las normas y leyes para penalizar a los niños, habría que poner la pensadora, en el frió del razonamiento y, echar una mirada hacia los que dan el apoyo logístico, incluido el sentimiento, el cariño, la familiaridad, la potestad, el cuidado, la seguridad, el financiamiento y mantenimiento familiar.
Aquí está la –madre del borrego- y si hubiera voluntad, comenzarían a mirar hacia esos costados que fabrican a los menores delincuentes. Un niño no nace delincuente. Y, sería prudente que no se haga fácil la solución, poner a un niño en la estructura infame de prepararlo para que más adelante, sea un experto en delitos de toda naturaleza incluyendo, convertirlo en homosexuales u otra aberrante condición que, toda la sociedad sabe que se realiza en –las tumbas- y, donde florecerá el criaderos de profesionales del crimen.
Juanqui:
Email:viarrapida@gmail.com
Email:confinadrogue@gmail.com
Mientras el dolor recorre y aprieta los sentimientos de las familias que sufrieron la muerte por asesinatos de familiares, por menores inimputables, caso el chofer de la empresa Andriani, el señor Capristo, desde Néstor Kirchner a otros funcionarios y civiles, reclaman a gritos, se provea de leyes que regulen a criminales menores de edad, de acuerdo con las leyes vigentes.
Cada vez que ocurre una situación de esta naturaleza, la sociedad se divide para expresar su opinión en cuanto si, es o no, lo correcto para neutralizar el accionar de menores de edad que cometen asesinatos, más allá de los robos y otras alternativas de la criminalidad.
La sociedad y los funcionarios que deben velar por la situación de seguridad, por la reglamentación de las normas que administran justicia para estos jovencitos que, diariamente, cometen los atropellos y asesinatos.
Jueces y ministros, expresan sus opiniones que no siempre concuerdan con las necesidades y pedidos de –justicia- que reclaman unos y otros.
Unos, los que proponen –justicia- tipo la ley del talión. Ojo por ojo diente por diente. Es decir, “vos mataste, yo te mato”. O dicho de otra manera, “al que mata hay que matarlos”.
Desde que ocurrió el –hecho- del menor que disparó 9 balazos sobre el señor Capristo, se ha puesto sobre la mesa, nuevamente el pedido sobre tablas de una ley que –ajusticie- a los menores que cometen los actos de criminalidad conocidos. Nuevamente, ingresa en los distintos ámbitos que tienen relación con menores, las disputas de tal o cual morma cuestionada y, de la aplicación de las mismas para tal o cual situación.
Nuevamente comienzan los análisis sociológicos. Psicólogos, filósofos, profesores, abogados, constitucionalistas, jueces, maestros, pedagogos, legisladores y, todo aquél que tenga participación social, política, opina, o se ve obligado a hacerlo, dado la búsqueda de la noticia que capte mayor audiencia o lectores.
Los Jueces de Menores que están involucrados directamente, como fiscales y policías, legisladores y ministros del área, no se ponen de acuerdo a cuanto la mecánica que debe imperar en los actos de administrar justicia. Por ejemplo;
“ …los Centros de Retenciones y Evaluación -son Cárceles- donde los menores deben cumplir con su arresto y están en celdas que tienen camastros de cemento y los baños al lado, y, ven la luz del sol cada 48 hs…”
“…los lugares donde son derivados estos menores no son Terapéuticos…no están en condiciones de contener a estos chicos y, no se les brinda la atención necesaria a la problemática que se busca erradicar…”
“…no es posible que un chico deba pasar 180 días en un lugar Represivo que no está preparado para dar la solución que necesita ese jovencito…”
“…no es posible que se ingrese a un menor delincuente que ha cometido varios ilícitos inclusive asesinatos, a un lugar semi abierto, donde tienen salida y…queda a expensa a la buena de dios, si se quiere escapar…se escapa, además, los chicos que están allí por otras situaciones no delictivas, por ejemplo, fuga de hogar, maltrato, u otra situación, conviven con los pequeños delincuentes...y, no es precisamente buena química…”
O, como el Ministro ARROYO en la Provincia de Buenos Aires que se opone abiertamente a que se baje la edad de imputabilidad, dado la gran problemática social que existe en la provincia y, que según el ministro, es la causante del incentivo marginal a que son sometidos los chicos y jovencitos, que viene sumergidos en situaciones de necesidad primaria, donde, se observa una gran deserción escolar, debido, a que debe trabajar para ayudar a su familia, entre otras cosas, “Chicos buenos que van a pagar el pato…”
Así las cosas, el Ministro Arroyo, tiene muy clarito la situación social y lo avala con números que dan escalofríos, deserción escolar, pobreza, marginalidad, discriminación, padres sin trabajo y alcoholismo, drogadicción y…
El jovencito de que se trata, tiene desde los 10 años a 12, 13, 14 o, 15 años. Niños.
Hasta aquí, nadie, nadie de los involucrados en la temática del menor delincuente, ha mirado hacia el lugar desde donde, se los envía a los niños a que cometan los hechos. Nadie habla de LOS GRANDES, de los adultos, de los mayores que, empujan, que los preparan, que los incitan, que los manipulan, que los obligan a cometer los mil y un delitos que más adelante, son –culpables-.
Es decir, -mirado- en relación con afectar a los –grandes- a los proveedores de estos niños a la delincuencia, a la criminalidad.
Más allá de los vicios a que son sometidos, por que, se les provee des –pacos- a otros elementos, según policías y fiscales que comentan en off, pero, que, también dicen ello, -“no podemos hacer nada”, las sociedad misma, es testigo de situaciones conocidas y a la vista de todos. Los chicos –vendedores- en los trenes, en las estaciones, andenes, en las calles, en los alrededores de centros convulsionados, Once, Constitución, Mercado Central, Estaciones de Servicio, en Retiro y, en cuanto otro lugar se preste para encubrir situaciones de esa naturaleza, y, prostitución y arrebatos. En su mayoría, se ve, a un grande que los acompaña y los sigue entre las sombras, a la espera de lo recaudado.
Sería importante que los que se desgañitan gritando contra los niños delincuentes, también pidan de la misma forma que LOS MAYORES, LOS GRANDES, LOS ADULTOS, sean los primeros investigados e involucrado en las causas, en los delitos, en todas esas cuestiones que involucran en la criminalidad a los niños.
Si la ciencia y la técnica están preparadas para –investigar- los hechos, sería posible que, se extienda la investigación hacia el principio, donde nacen estas situaciones en que un niño comienza el accionar.
Los vecinos, los tíos, los padres, saben desde donde parte la indicación, desde donde se manipula al niño y, el mismo jovencito, tarde o temprano, dirá quien los ha puesto en el camino del crimen.
Solo que…a veces, los intelectuales, conocen mejor que nadie la red y tiene sometidos a propios y extraños.
Antes de acordar legislativamente las normas y leyes para penalizar a los niños, habría que poner la pensadora, en el frió del razonamiento y, echar una mirada hacia los que dan el apoyo logístico, incluido el sentimiento, el cariño, la familiaridad, la potestad, el cuidado, la seguridad, el financiamiento y mantenimiento familiar.
Aquí está la –madre del borrego- y si hubiera voluntad, comenzarían a mirar hacia esos costados que fabrican a los menores delincuentes. Un niño no nace delincuente. Y, sería prudente que no se haga fácil la solución, poner a un niño en la estructura infame de prepararlo para que más adelante, sea un experto en delitos de toda naturaleza incluyendo, convertirlo en homosexuales u otra aberrante condición que, toda la sociedad sabe que se realiza en –las tumbas- y, donde florecerá el criaderos de profesionales del crimen.
Juanqui:
Email:viarrapida@gmail.com
Email:confinadrogue@gmail.com
No comments:
Post a Comment