Sunday, August 08, 2010

EUGENIO CORNACCIONE UN ARTISTA DE LA FOTOGRAFÍA



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Con su máquina fotográfica en ristre o apuntando el objetivo presto a capturar la imágen, Eugenio, se mete en entre los duendes del arte y produce la magia que cautiva a los que visitan las galería donde expone sus trabajos.


Por eso, en una charla informal, minutos antes de iniciar una jornada, en los que compartimos los espacios de trabajo, y en la Casa Municipal de la Cultura, en Adrogué, aprovechamos el momento para que Eugenio, se metiera en los recuerdos de su infancia, de los tiempos de libertad y candor en su barrio, José Mármol, del distrito de Almirante Brown, donde fue formándose al calor de la nobleza y cariño de amigos de su edad y de las familias que compartían el espacio social. 


Eugenio Cornacciones tiene la impronta del artista metida en su personalidad que traduce espontanea franqueza, amplitud de conocimientos y la charla amena llena de gratitud a la vida.
Está casado, tiene hijos adolescentes y el compromiso in eternum en la búsqueda constante que lo atrae y atrapa en cada captura que se trasmuta en la imagen en la que al darle vida, le entrega el alma creadora.


Así nació la charlas: -¿Naciste en Adrogué?-

-No, nací en Capital, pero a las 2 horas llegué a Mármol, asi que fue el tiempo en que tardaba el tren…mi madre fue a parirme en tren, asi que se tomó el tren y fue allá, era un hospital del gremio, mi padre era un obrero metalúrgico y, bueno nací en un hospital de Sta Fe y Pueyrredón…

Soy único hijo, mis padres son emigrantes italianos de post guerra, asi que prácticamente soy nacido en Mármol, en Almirante Brown, tengo 51 años, y me he ido muchas veces de la zona, pero siempre estuve en mi lugar, en Mármol-

-¿Cómo eras en tus tiempos de Jardín de Infantes…?

Bueno, en esos tiempos no se iba al Jardín de Infantes (se rie), mi infancia fue hermosa, porque viví tranquilamente en la calle, en lo que era la calle de barrio, la calle de barro, de tierra-

-Digamos que eran otros tiempos-

-Claro, si, nací en el 59 (1959) donde todo era por conocer, las aventuras eran todas con mis amigos del barrio, era una tres cuadras a la redonda, toda las actividades en el potrero, había cañaverales e, íbamos a robar mandarinas a las casas, había frutales en las casas de los vecinos-

-recuerdo siempre que rogaba que cuando viniera Papa Noel, me trajera una bicicleta de regalo, y cuando la recibí, fue tremendamente impresionante y, justamente, cuando la iba a estrenar, llovió-

-Y con la bicicleta nueva no me paraba nadie, recuerdo que mi madre me gritaba, por que con mis amigos que se habían juntado para verla, la metimos en le barro y ellos me empujaban, yo no sabía ni andar-

-¿sos único hijo…?-

-si, para mi, mis hermanos eran los chicos del barrio, y paradójicamente era uno de los más chicos en el barrio, así que, todo el mundo prácticamente me cuidaba, me protegía-

-jugábamos a la bolitas, todo tenía una época, tiempos de trompos, de bolitas y cuando había viento, hacíamos barriletes, y todas las tardes futbol, después, a tomar la leche con pan con dulce de leche…si había, o sino, era pan con aceite y azúcar-

-Explícame la fórmula del pan con aceite…(Se ríe)

-Y si no quedaba dulce de leche se le ponía un poco de aceite, primero se calentaba un poco el pan en un calentador –pan siempre había- y luego, le poníamos el aceite y azúcar, y quedaba un manjar…

-A veces pienso en esta locura del avance tecnológico, por que siempre me acuerdo cuando mis viejos compraron el televisor blanco y negro…fue una revolución en toda la cuadra, después, los vecinos venían con bancos y sillas para ver la televisión en mi casa, como si fuera un cine…y lógicamente, cuando recuerdo eso, me parece que estuviera hablando del siglo pasado…

A lo que le digo, bueno, recién pasaron diez años…del siglo anterior. Nos reímos, tiene una risa fácil, de amigo.

Claro, han pasado treinta o cuarenta años, que para la sociedad de un pueblo no es nada. Es muy poco tiempo, entonces, en esos tiempos vivíamos en un estado de tranquilidad permanente, éramos todos conocidos-

-me acuerdo que cuando íbamos a la escuela, y en tiempo de invierno, tardábamos un montón, porque con los chicos empezábamos a saltar sobre las escarchas…el juego era romper escarchas, y contábamos quien rompía más-

¿Cómo eras como alumno en el colegio…

-y…era buen alumno, pero me tenía que sentar a estudiar…me llevaba bien con las maestras, era muy querido y todavía tengo contacto con mi maestra de primer grado, AÍDA GIMENEZ, a quien suelo encontrar y nos saludamos, a ella hay que hacerle un monumento en Mármol, ella me enseñó todo, desde los primeros palotes a lo demás…

-Tu papá o mamá, ¿tenían esta profesión, esta vocación por las fotografías?

-No, no, ninguno, ellos eran campesinos y nacidos en Italia, ninguno era artista, eran trabajadores de la tierra…Y mi tema por la fotografía, arranca por mis padres, porque ellos tenían una gran familia allá en Italia, por parte de mi madre eran 9 hermanos y por parte de mi padre, 11 hermanos-

-y todos estaban en Italia, así que todos los meses recibíamos cartas y nosotros les enviábamos a cada uno de ellos, y, siempre las cartas venían con fotografías…con imágenes, con postales, y ahí me enteraba quien era cada uno y conocía los lugares donde vivían-

-recibíamos fotos de casamientos, de compromisos, e incluso, cuando se moría alguien nos mandaban las fotos, porque se acostumbraba a sacar fotos de los entierros. Y fotos de los paisajes…mis padres eran de Moridse, del lado de Roma pero para el lado del Adriático-

-me acuerdo que mi tío le enviaba fotos de cómo iban creciendo los olivos que mi padre había plantado cuando tenía 7 años…mi padre había plantado un monte de olivos y se había ido a los 23 años-

Y mi tío le mandaba a decir como estaban los olivos, cuanto había cosechado, y era una constante, entre cartas y fotos, y ahí nació mi fascinación…Yo sabía la vida de mi gente a través de las imágenes-

-sabía quienes eran, donde vivían, que hacían, todo a través de las fotografía, y ahí nació mi interés por las fotos, porque me contaba y mostraba la vida de los mío-

-¿recordás cual fue tu primer máquina de fotos?

-Y mi primera máquina fue por que quería capturar las imágenes de mi barrio, de mi lugar, y era una Kodak fiesta, de plástico, y yo tendría entre doce, o catorce años más o menos-

-me regalaron esa máquina y sin saber empecé a sacar fotos, pero como era automática…era fácil, pero, el problema era que no había tanto dinero para mandar a revelar, (Antes venía los rollos de películas) no cualquiera tenía la posibilidad de sacar tantas fotografías, recuerdo que mi mamá me decía…”pero, ¿porque sacas tantas fotos…? Las máquinas estaban solamente para algún acontecimiento especial…

En el tiempo que refiere el artista, las máquinas fotográficas trabajaban con rollos de películas y podían hacerlo en blanco y negro y en colores. Solo que, había que realizar un proceso de –Revelado- que requería de un laboratorios y el conocimiento técnico para plasmar la imagen en la cartulina.

-Y mi adolescencia me encontró con esa máquina, la cuidaba mucho, y, cuando mi mamá me preguntaba por que sacaba tantas fotografías, yo no sabía contestarle, porque tampoco sabía porque lo hacía…

-después, con ganas de conocer el país, Salí con tres amigos de mochileros, ya era la época de los 70, una época dura, estábamos en el tercero o cuarto año del secundario y, cuando fuimos de mochilero comencé a sacar fotos de los paisajes, empecé a conocer mi país y tardamos 13 días en llegar a Usuhia, 3700 kms.

-claro, viajábamos a dedo, los camiones nos llevaban de a 100 o 200 kms y así, llegábamos donde nos propusiéramos…

Asi fui registrando las imágenes, y mis amigos se asombraban de cómo lo hacía…bueno, capturaba los momentos del viaje, de la ruta, de los camioneros, de la gente de la zona…

-después de eso, quise saber más de fotografía, quería saber más…intente leer primero, no había tanta literatura por aquí en la zona, ni donde se enseñara fotografía…y no conocía los de capital…después me enteré que estaba el foto club Buenos Aires…

-pero, en esos tiempos no se solía acostumbrar estudiar,  y más aquí en la zona y menos viajar a capital para estudiar…¡Y a estudiar fotografías…

Y luego me toco hacer la conscripción, en la época del mundial del 78, y del conflicto con Chile, y bueno, ahí seguí registrando fotografías y cuando salí, sentí la necesidad de conocer más y más, y otros lugares…

-quería conocer mi identidad, de donde me mandaban las fotografías, de mis parientes, entonces me fui a Europa-

.me puse a trabaja y en 6 meses junté el dinero para el pasaje y me fui a Europa a recorrer de mochilero, Italia, Francia, Inglaterra, Alemania, y ahí, bueno, regresé a Florencia y, ahí me compre mi primera cámara Réflex- Era mi primera ´camara profesional, la Péntax Cami-

-Y empecé a capturar mis primeras fotos, sin siquiera conocer el manejo de la máquina, mi primer rollo se veló, porque abrí la tapa sin cuidar, esa fue mi primera experiencia…

-de allí me traje las fotos de la gente, del lugar y, una cosa que me llamó la atención fue que la gente, siempre hablaba del lugar donde vivían, parecía que era lo único que les interesaba, y yo veía que aquí en la Argentina, le interesaba más lo que pasaba afuera que lo que ocurría en el país…

-acá sabemos más de lo que pasa en EE.UU que lo que pasa en Formosa…por eso me llamó la atención que la gente solamente hablara de su terruño…

Y cuando regrese de Europa intente hacer un curso de fotografías-

-¿Siempre registraste la parte social?-

-Si, si, siempre registre lo que me llamara la atención, lugares, gestos, paisajes…detalles, construcciones, antigüedades, personajes, siempre andaba con la cámara al hombro-

-Luego empecé a estudiar con Pedro Otero, un fotógrafo de Avellaneda, y cuando lo conocí, era un hombre de avanzada edad que me daba taller, pero, me acuerdo que cuando me recibió me dí cuenta que el hombre era ciego…

-Se había quedado ciego, y me preguntaba, ¿Cómo un hombre ciego me puede enseñar a sacar fotografías…entonces le pregunte eso y me respondió: "mirá pibe, para sacar una buena foto no se necesita el ojo, sino que se necesita el alma…" Y ahí me dí cuenta que la cosa iba por otro lado-

-entonces ahí, empecé a poner manos en el laboratorio blanco y negro y que me cautivó el poder armar una fotografía, eso era la cocina de la fotografía…

-Después, me comenzó a atrapar la imagen dinámica, y empecé a estudiar cine, fui al instituto de Avellaneda y lo conocí a Hermida, -el gordo Hermida- gran cineasta que me llenó de ímpetu, enseñándome que las cosas se pueden hacer aunque no se tenga nada-

-hay que filmar aunque no se tenga cinta –decía- en esos momentos no había video-, todo era cintas, súper 8, 16 mm y 35mm, y agregaba, “hay que filmar aunque sea con cinta scotch…"

-Y estuve con cineastas muy prestigiosos, como Gerardo Vallejos, formamos un grupo de cine que se llamó Martín Fierro, e hicimos una película como, “No todo está perdido” el argumento fue todo el folklore del movimiento peronista-

-Estuvimos trabajando para la CGT, cuando estaba Saúl Ubaldini, hicimos unos cortos que se llamaban “Desencuentros” y la culminación fue con el medio metraje que se llamaba “El otro país” que lo estrenamos en el Teatro General San Martín” que incluso tuvo reconocimiento Internacional-

-Claro que debemos posicionarnos del momento…solo había canal de aire, no había –FM- recien había salido Página 12, y después estuve aprendiendo a poner escena con FERNANDO PINOS SOLANAS y con el proyecto de la Fundación Imaginar que era hacer lo que hoy, las Galerías Pacíficos, convertidas en un gran Shopping, se hubieran convertido en un centro de arte, cosa que no prosperó-

Ahí aprendí muchos técnicamente y como persona, ahora volví a mi lugar y me dedico plenamente a la fotografía…y estoy trabajando en la Secretaría de Cultura (Almirante Brown) como fotógrafo y dictando los talleres gratuitos de fotografías-

¿Los alumnos para iniciarse en el curso, tienen que traer la máquina?

Si, se lo recomiendo, pero no una de última generación, les pido una de los años 50, 60, 70, una de las más mecánicas, porque para aprender fotografía se necesita una máquina mecánica para ver como se hace la fotografía-

Y les enseño todas las técnicas para poder armar en sus casa un laboratorio muy sencillo, esos conocimientos se los doy-


Ya estaban presentando a los artista, por lo tanto le hice un gesto para que redondee.

Y para terminar, doy las gracias a la –Secretaría de Cultura que me brindó la ayuda para realizar la muestra fotográfica de un relevamiento de las doce localidades del distrito que se llama “Patrimonio Cultural de Almirante Brown”

Expuse en el Shopping Boulevard, en escuelas, museos, y en el congreso de la Nación, es una muestra itinerante que se va a convertir en un libro para las escuelas y ya estamos buscando el lugar para la próxima exposición…


Asi de simple, charlando antes de entrar en escena nosotros, los que jugamos entre los duendes del arte y de artistas, de personalidades y de gestos y actos impensados. Y nos metimos, murmurándole a la vida.

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