Saturday, August 15, 2009

LAS ESTRELLAS -TALLERISTAS DE LITERATURA- ALUMBRABAN EN UNA TARDECITA FRÍA, ¡¡RE FRÍA!! Y ME SAMBULLI EN LA TIBIEZA DE CUENTOS, POESÍAS Y NOVELAS.
















Me convocó un colega de la zona (Fernándo) y, alli nos juntamos, en Monte Grande y, la tardecita invita a un café entre periodistas que, generalmente, nutrimos nuestro desplazamientos con informaciones que llegan de distintos ámbitos. Informaciones que las vamos zarandeando y queda lo que quede, una parte que podría ser noticia, otra para información general y, una importante acumulación de dimes y diretes que, entre pitos y flauta, ¡son chismes! Por lo tanto, ¡Somos chismosos sociales!

Terminó la reunión, el se fue a la radio y yo, caminando sin apuro hacia la estación de trenes pero, he aquí que, al pasar delante de la Casa de la Cultura, ahí, en Boulevar Buenos Aires, me atrajo la cartelera dispuesta sobre la vereda y, leí; “Taller literario…, y, “Hoy” me dije casi, sorprendiéndome. Y fue un impulso que me introdujo al “Salón Oval”, que me informaba una persona, mientra, la seguía, no me pregunté nada de nada, por ejemplo: ¡QUE ESTOY HACIENDO AQUÍ…? Si, recien nomás, caminaba tranquilamente hacia la estación de trenes…
Ya no había tiempo de reflexión, la señora que me guiaba, señaló el lugar con un gesto, ingresé, y en una mesa estilo imperial (Ovaldada) estaba la Pléyades.
No hubo saludos ceremoniosos ni presentaciones formales. No, nada, solo, interumpiendo el momento, me acerqué al profesor que coordinaba el taller y… Se produjo una acción impensada. Pura acción. Me escuche que le decía "soy periodista y…" El me entregó una revista literaria y, entre ambos, la curiosidad de los demás, se metía entre el aire y el espacio.

Aclarado y ordenado mi impronta, tomé fotografías y me ubiqué, a un lado de los presentes y solo escuché, el desarrollo de la temática propuesta para la eventualidad.
Trabajaban sobre un libro de Andres Rivera, en el cual trataba sobre el exilio de Rosas. (No leí el libro) Quedé atento a las exposiciones que, a medida que el profesor, ROQUE RAÚL SORIA, pedía a una u otra persona, todos, escuchaban en silencio a quién leía.

El profesor había pedido una critica literaria y, como es lógico en un taller, las opiniones florecen entre gramilla y llanura, y, mientras unas había rescatado la parte argumental, puse atención en POLA Gimenez que, sin escrito de por medio, solo con un ayuda memoria, puso el punto sobre la i.
Realizó su critica literaria. Tal cual lo había pedido el profesor.

Esta nota es nada más que -la cronica- de la impronta que me acercó al taller literario de Monte Grande.Y, como pertenezco al ámbito de la literatura, y, también haciendo periodismo, quiero dar a este espacio, -la cobertura- de un cronista callejero y que usa distintas mecánicas, no exlusivamente periodistica, para relatar el encuentro entre escritores. Y, por ello, le pongo -la onda- relato. Y..., ¿viste?, para titular, "notas que parecen cuentos"

...mientras escuchaba atentamente y, observaba el fluir intelectual, fuí interrumpido por un mangangá, que había dejado escapar el ego trajinado de..., euforia. Y el profesor Soria, se veía obligado a interrumpir la comunión entre las palabras y los escritos que cada una de las pleyades, entrega con pasión. Hasta que puso el énfasis inadecuadamente y, ¡explotó el acto heroico de-pararle el carro!

De alli en más, se acentuó la participación de las y los escritores que, por ejemplo, Pola Gimenez y Carmen Sabbagh, ya tienen libros terminado pero no publicados. Cuestión de tiempo.

El profesor Soria me regaló una REVISTA QUE DENOMINA "ESPACIO DE LA PALABRA" Y DE SU PROPIEDAD. En ella, vuelca el trabajo de los talleristas y, es una manera de darle la oportunidad para iniciar el camino hacia El Nobel.

Terminó el tiempo de los escritores y salimos a la calle, sentí el frío y, me acurruque en el alma, solo realice dos o tres preguntas a Pola y a Carmen pero, el viento frío no dejaba hablar de sueños y tibiezas que, justamente, uno quiere sentir en las palabras que carician y premian los sueños que vuelan y estallan..., alli, muy cerquita del alma, el candor y la inocencia.

No quiero subir las preguntas y repuestas, esas que, transitan la dureza del vivir.
Y para ellos;
¡Explotó...! Y sin aire, me llegó la vida como un torbellino.
Me pegaron y llore. Vivi.

-De mii, y para la Pleyade de Monte Grande. Y lo titule El Pristino.
Me fuí silvando entre dientes, contento y muerto de frío. Ya en el anden del tren que viene hacia Capital, la encontré a SILVIA, una de las que estaba en el taller; es profesora en un colegio privado y, hubo -quimica- y charlamos y charlamos y... Se los cuento en una próxima entrada. Pero, ¡muy, muy interesante! ...si ustedes supieran...
Juanqui
Email:viarrapida@gmail.com
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