AYER, 19 DE SEPTIEMBRE, REGRESE DESPUÉS DE UN AÑO A MINISTRO RIVADAVIA. LA PRIMERA VEZ ESTUVE A LO MAXIMO UNA HORA. FUI PARA “CUBRIR” LA NOTA QUE CORRESPONDÍA A ESTE FESTEJO, CLARO, CON UN AÑO MENOS Y UN CLIMA DISTINTO. EN EL PALCO ESTABA CLAUDIA MOLINA COMPARTIENDO EL MOMENTO.
Un año después, con la jugarreta del tiempo, que hasta la madrugada del día anterior, es decir a pocas horas de iniciar el acto, llovía, hacía que se desmantelara lo programado.
Llegué media hora antes de lo previsto, y, con una suave ventisca pos lluvia y muy pocos vecinos en el lugar, camine unas cuadras a la redonda. Y sentí y escuche el susurro de Los Pinos y Jacarandaes que, desde la plaza, me contraían el espíritu, mis pensamientos se escapaban buscando una repuesta a las preguntas que me gritaba el tiempo, escondido allí, quieto, a la espera de las decisiones que los hombres, le permitiera desplegar sus alas hacia el progreso.
DARÍO GIUSTOZZI, por más que “EMPUJE CON SU ALMA”, NO PUEDE CUBRIR LA DESIDIA QUE POSTERGÓ AL LUGAR. HOY, AUNQUE HA TRABAJADO EN LA ZONA, HACIENDO OBRAS DE INFRAESTRUCTURA, ASFALTANDO, ACOMPAÑANDO LAS CAUSAS PERDIDAS CON SUBSIDIOS Y FORMANDO EQUIPOS DE FOTALECIMIENTO, NO PUEDE TRANSFORMAR EL LUGAR COMO SI FUERA MERLIN.
LOS ESPACIOS DE VIDA DEL HOMBRE Y DE LA HISTORIA, SON DISTINTOS. ALLI, FLOTANDO ENTRE EL SILENCIO SE ESCUCHA EL ARRASTRARSE DE LOS DESENCUENTROS DE LOS HOMBRES QUE SEMBRARON PATRIA Y, CAUSARON ESTO, SENTENCIARON AL OLVIDO AL LUGAR POR INTERESES ECONÓMICOS Y DE POSICIONAMIENTOS POLÍTICOS.
Así refiere una cartilla que me entregaron ayer: “La Localidad de Ministro Rivadavia era conocida antiguamente como “MONTE CHINGOLOS” esto se puede observar en antiguos documentos oficiales a partir del año 1811.
El lugar hasta el año 1865, en que inicia la era ferroviaria, fue posta de descanso para los viajeros que llegaban en carretas o diligencias desde San Vicente, Cañuelas, Chascomús y Dolores, por lo que hasta no hace muchos años atrás a un costado del camino Real, más conocido como “camino de las tropas” podían descubrirse antiguas pulperías o proveedurías de campo.
El poblado se ubicó a su vez sobre la Avenida República Argentina, histórico camino que unía en esos tiempos la zona de Barracas del Sur con San Vicente, vieja población del antiguo Virreinato.
Aun costado del mismo se encontraba el oratorio de Nuestra Señora del Tránsito en el que los viajeros solían rezar, encomendando su viaje ante los posibles ataques de los indios.
Años después en un lugar más retirado del camino se edificó la actual iglesia que constituye hoy uno de los edificios más antiguos y apreciados del distrito.”
Ayer, nuevamente el Intendente, DARÍO GIUSTOZZI, una vez terminado el acto, y rodeado por lugareños, recibía el cariño de niños y grandes, luego, partió, rumbo al Colegio El Alba, para donde llevaba un subsidio para un fin determinado que este cronista no conoció.
Con DUSAN, EUGENIO, BOSSANO, nos corrimos lentamente hacia el CENTRO COMUNAL, donde lentamente, se asaba la carne que degustaríamos más adelante. Todos esperamos al Intendente con los funcionarios que acompañaban, pero, otras obligaciones lo desviaron del camino. Nosotros, los que esperábamos en el lugar, una vez conocido que no llegaría el invitado oficial, dimos comienzo al almuerzo.
Quiero destacar la atención que se brindó por las persons que pertenecían a la organización del lugar, SARA BARANDIARÁN, ALICIA PIEROS, ANGELA MEDINA, BEATRIZ IBARRA, PABLA MOLINA Y OTROS COLABORADOES, QUE NO PUDE ENTERARME DE SUS NOMBRES.
Regresamos con Dussan y Bossano, Eugenio se fue en su vieja bicicleta. Mientras regresábamos, esquivando las calles con mucho barro para que el automóvil de Dussan no quedara empantanado, mi mente escapó, huyó a campo traviesa, no quería quedar atrapado en la historia, las luces de la Casa Municipal de la Cultura, en Adrogué, y la algarabía de los jóvenes con el ritmo caliente de rock, me pusieron el universo cósmico que pinta Stiglich rumbo al futuro.
Un año después, con la jugarreta del tiempo, que hasta la madrugada del día anterior, es decir a pocas horas de iniciar el acto, llovía, hacía que se desmantelara lo programado.
Llegué media hora antes de lo previsto, y, con una suave ventisca pos lluvia y muy pocos vecinos en el lugar, camine unas cuadras a la redonda. Y sentí y escuche el susurro de Los Pinos y Jacarandaes que, desde la plaza, me contraían el espíritu, mis pensamientos se escapaban buscando una repuesta a las preguntas que me gritaba el tiempo, escondido allí, quieto, a la espera de las decisiones que los hombres, le permitiera desplegar sus alas hacia el progreso.
DARÍO GIUSTOZZI, por más que “EMPUJE CON SU ALMA”, NO PUEDE CUBRIR LA DESIDIA QUE POSTERGÓ AL LUGAR. HOY, AUNQUE HA TRABAJADO EN LA ZONA, HACIENDO OBRAS DE INFRAESTRUCTURA, ASFALTANDO, ACOMPAÑANDO LAS CAUSAS PERDIDAS CON SUBSIDIOS Y FORMANDO EQUIPOS DE FOTALECIMIENTO, NO PUEDE TRANSFORMAR EL LUGAR COMO SI FUERA MERLIN.
LOS ESPACIOS DE VIDA DEL HOMBRE Y DE LA HISTORIA, SON DISTINTOS. ALLI, FLOTANDO ENTRE EL SILENCIO SE ESCUCHA EL ARRASTRARSE DE LOS DESENCUENTROS DE LOS HOMBRES QUE SEMBRARON PATRIA Y, CAUSARON ESTO, SENTENCIARON AL OLVIDO AL LUGAR POR INTERESES ECONÓMICOS Y DE POSICIONAMIENTOS POLÍTICOS.
Así refiere una cartilla que me entregaron ayer: “La Localidad de Ministro Rivadavia era conocida antiguamente como “MONTE CHINGOLOS” esto se puede observar en antiguos documentos oficiales a partir del año 1811.
El lugar hasta el año 1865, en que inicia la era ferroviaria, fue posta de descanso para los viajeros que llegaban en carretas o diligencias desde San Vicente, Cañuelas, Chascomús y Dolores, por lo que hasta no hace muchos años atrás a un costado del camino Real, más conocido como “camino de las tropas” podían descubrirse antiguas pulperías o proveedurías de campo.
El poblado se ubicó a su vez sobre la Avenida República Argentina, histórico camino que unía en esos tiempos la zona de Barracas del Sur con San Vicente, vieja población del antiguo Virreinato.
Aun costado del mismo se encontraba el oratorio de Nuestra Señora del Tránsito en el que los viajeros solían rezar, encomendando su viaje ante los posibles ataques de los indios.
Años después en un lugar más retirado del camino se edificó la actual iglesia que constituye hoy uno de los edificios más antiguos y apreciados del distrito.”
Ayer, nuevamente el Intendente, DARÍO GIUSTOZZI, una vez terminado el acto, y rodeado por lugareños, recibía el cariño de niños y grandes, luego, partió, rumbo al Colegio El Alba, para donde llevaba un subsidio para un fin determinado que este cronista no conoció.
Con DUSAN, EUGENIO, BOSSANO, nos corrimos lentamente hacia el CENTRO COMUNAL, donde lentamente, se asaba la carne que degustaríamos más adelante. Todos esperamos al Intendente con los funcionarios que acompañaban, pero, otras obligaciones lo desviaron del camino. Nosotros, los que esperábamos en el lugar, una vez conocido que no llegaría el invitado oficial, dimos comienzo al almuerzo.
Quiero destacar la atención que se brindó por las persons que pertenecían a la organización del lugar, SARA BARANDIARÁN, ALICIA PIEROS, ANGELA MEDINA, BEATRIZ IBARRA, PABLA MOLINA Y OTROS COLABORADOES, QUE NO PUDE ENTERARME DE SUS NOMBRES.
Regresamos con Dussan y Bossano, Eugenio se fue en su vieja bicicleta. Mientras regresábamos, esquivando las calles con mucho barro para que el automóvil de Dussan no quedara empantanado, mi mente escapó, huyó a campo traviesa, no quería quedar atrapado en la historia, las luces de la Casa Municipal de la Cultura, en Adrogué, y la algarabía de los jóvenes con el ritmo caliente de rock, me pusieron el universo cósmico que pinta Stiglich rumbo al futuro.
Juanqui.
Email:viarrapidagmail.com
Email:confinadroguegmail.com
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