DURAZNO | PABLO D. MESTRE
Locuaz, didáctico, apasionado y sobre todo muy desenvuelto. Así se vio el ingeniero agrónomo Tabaré Aguerre en su primera presentación pública tras haber sido designado Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca.
Fue en el marco del Ciclo de Conferencias: "Agronegocios: una mirada al futuro", organizado por la Sociedad Rural de Durazno, con el auspicio de El País, donde frente a cientos de productores expuso sus puntos del vista sobre el país agropecuario.
En el marco de su alocución el jerarca anunció que firmó un proyecto de Ley que extiende hasta el primero de enero del año 2011 el plazo para el caravaneo de los ganados.
El mismo establece que el pago de las caravanas va a ser con cargo del MGAP hasta lograr el 100% de la identificación del rodeo nacional.
"A partir del año que viene, la caravana va a ser lo mismo que la vacuna, la ivermectina, o la curavichera, en la medida que es una plataforma tecnológica que posiciona al Uruguay con una verdadera ventaja comparativa frente a sus competidores.
De esta forma se extiende la resolución que marcaba que ya desde el primero de abril no podrían entrar a plantas todos aquellos ganados que no estuvieran identificados.
"Retomamos un proyecto de Ley de la legislatura pasada, lo discutimos con el presidente de la República, el Ministro de Economía y estamos enviando la semana que viene al Consejo de Ministros, un proyecto de Ley que posterga el período de identificación de los animales, que a partir de enero de 2011 será obligatoria", dijo Aguerre.
POLÍTICAS PÚBLICAS. Aguerre contó una anécdota de cuando recibiera en su despacho a un grupo de inversores chinos que le solicitaron fidelizar el negocio de la soja, ofreciendo a cambio silos, maquinaria, puertos y lo que quisiera.
La respuesta fue: "si querés fidelizar el negocio de la soja, compranos sorgo. Porque la sustentabilidad del sistema de producción que hoy está condicionada, requiere de la incorporación de un cultivo agrícola de verano, una gramínea c4, que incorpore una mayor cantidad. Esa es la auténtica fidelización. Lo otro va a ser lo que va a estar firmado en un papel, pero si estamos haciendo agricultura en un suelo que no es sustentable, dentro de 12 años no vamos a tener más soja en ese lugar", dijo.
Esas son, aseguró el ministro, las políticas agropecuarias públicas más importantes que tiene que hacer el MGAP. "Generar las condiciones, las posibilidades y los ambientes para que los productores compitan entre sí, adopten las mejores tecnologías disponibles y combinen los recursos de la manera más eficiente, buscando los mejores mercados".
Porque enfatizó: "acá la producción no la tiene que hacer el gobierno. El gobierno tiene que generar las políticas y éstas tienen que ser permeables a las innovaciones tecnológicas, a los marcos de mercado y también tener en cuenta los impactos que esos crecimientos económicos pueden tener dentro del territorio uruguayo".
Por otro lado, el jerarca consideró que al Uruguay se le va la vida en el tema cambio climático. "Tenemos firmados varios protocolos y en todos se habla de la mitigación del cambio climático, cuyos efectos son que por ejemplo en Uruguay va a llover más, pero menos frecuentemente y va a aumentar la temperatura, sobre todo la mínima".
Por eso aseguró que se debe generar genética y seguros para el cambio climático. Y sobre todo información para proporcionar a los productores.
Sectores. Al referirse a los sectores que impulsará desde su cartera hizo hincapié en la lechería y también en la producción ovina.
Dijo que en el sector lechero "hay algo así como 900 mil hectáreas, hay 4.550 productores de los cuales 900 son queseros artesanales, 3.550 son remitentes, que se distribuyen en que el 75% de la producción está en manos del 30% de los productores. Hay un proceso de concentración".
Ante esa realidad recordó que también "hay tambos chicos que necesitan crecer, no sólo en área, sino en productividad"
Subrayó que "Uruguay tiene una media de 2.500 litros de leche por hectárea y hay tecnología en Uruguay para producir 7.000". Para ello incluyó: "campos de recría, campos forrajeros, mejora de vivienda y de las condiciones de los tamberos".
Con el mismo concepto manejó la necesidad de un impulso al rubro ovino. "No hay dudas que es viable aumentar la producción ovina", aseveró. "Los números de hoy, se tienen que hacer con los precios que tiene la carne ovina y con un sistema productivo cuya eficiencia biológica global es más alta que la del bovino y cuyos tiempos de retorno entre inversión e ingreso son mucho más cortos. En el papel los números cierran muy bien".
Porque además, dijo que es un rubro estratégico para algunas regiones del país, sobre todo para aquellos suelos de mejor capacidad forrajera, y sobre todo para aquel tipo de ganadero familiar, de menos de 500 hás. de índice 100 coneat.
En busca del Uruguay agrointeligentePara el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre, el concepto de "Uruguay agrointeligente" incluye una clara definición de crecimiento hacia afuera del sector agropecuario con una mayor diversidad y calidad de mercados. A su juicio, esto "implica una política de inserción internacional desde el país como un todo y una política de inserción de todos los sectores productivos del Uruguay".
Además, entiende Aguerre, el Uruguay agrointeligente tiene que ver con una estrategia de diferenciar sus productos, en función de su calidad y no de su cantidad, con estrategias diferentes dependiendo de los sectores productivos que sean. "Para el arroz, no tener transgénicos, para la soja, hacer huellas de carbono y demostrar que la soja en Uruguay tiene una emisión de gases de efecto invernadero más baja que la soja en sus competidores. Para la carne, la trazabilidad que permite diferenciar lo que se produce a pasto, de lo que se produce a granos. Buscar el mercado más idóneo para cada sistema productivo", explicó.
Según Aguerre, el Uruguay agrointeligente también es un uso sustentable de los recursos naturales, "para que no sea pan para hoy y hambre para mañana".
Agregó que este concepto es la combinación de los sistemas agrícolas que, además de ser sustentables desde el punto de vista ambiental, generen trabajo y valor agregado con inclusión social. "Es generar políticas sociales para tratar de fortalecer a lo que se conoce como agricultura familiar, que son dos terceras partes de los agricultores de este país. Con una concepción muy clara de fortalecer desde el punto de vista institucional, de apoyar desde el punto de vista científico tecnológico, de tratar de promover un mejor nivel organizacional, para explorar aquellos rubros donde su competitividad se transforma en genuina, para que tengan a partir de sus procesos productivos la mejora debida", subrayó el ministro.
También definió como un Uruguay agrointeligente lo que se vivió en Durazno, "una docena de preguntas de productores, sobre procesos productivos, sobre inserción internacional, sobre demandas tecnológicas, demandas científicas y no hubo una sola pregunta reclamando que el Estado resolviera las cosas".
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