Rumbo a octubre / Estrategia electoral tras la derrota en Catamarca
Gobernadores del PJ quieren hacer campaña sin Kirchner
Varios de ellos creen que les conviene mostrar sus logros y no aparecer junto al ex presidente
Noticias de Martes 10 de marzo de 2009
Publicado en edición impresa
FOTO Néstor Kirchner, ayer, en un acto del PJ en Tres de Febrero Foto: Rodrigo Néspolo
Martín Dinatale LA NACION
FOTO Néstor Kirchner, ayer, en un acto del PJ en Tres de Febrero Foto: Rodrigo Néspolo
Martín Dinatale LA NACION
Con la contundencia de los resultados de Catamarca y el pragmatismo que caracteriza al PJ, los gobernadores del oficialismo empezaron a reconocer en las últimas horas la necesidad de evitar una nacionalización de la campaña legislativa de octubre y apostar por los resultados positivos de cada administración provincial para ganar en las urnas.
Se trata de una reacción después de las enseñanzas que dejaron las elecciones legislativas de Catamarca, donde el Frente Cívico del gobernador radical, Eduardo Brizuela del Moral, un aliado de Julio Cobos, venció por más de 10 puntos a la lista apoyada por Néstor Kirchner.
Aunque no será una estrategia oficializada, Kirchner pareció aludir ayer a ella al sostener que "pese a lo que digan" seguirá recorriendo "cada pueblito del país como presidente del PJ para ganar los comicios en octubre". Lo hizo durante un acto en el conurbano, donde habló por primera vez del traspié en Catamarca.
"Lo mejor que podemos hacer por el peronismo es mostrar todo lo positivo de nuestras gestiones provinciales", afirmó a La Nacion el gobernador de San Juan, José Luis Gioja, un dirigente fiel al matrimonio presidencial.
Otros mandatarios y legisladores del PJ coincidieron ayer ante LA NACION que la campaña legislativa que se avecina estará claramente provincializada y se tratará de eludir o limitar la figura del ex presidente y de Cristina Kirchner.
Habrá, por cierto, las excepciones de siempre en distritos donde existe una alta dependencia económica y política de la Nación, por lo que no podrán evitar una nacionalización de la batalla electoral.
Varios gobernadores del PJ buscarán mostrar la gestión de sus distritos y evitar una exposición mayor del ex presidente como ocurrió en Catamarca.
Además, en la Casa Rosada admitieron en reserva que la reciente derrota electoral le restará al ex presidente poder de negociación a la hora de imponer candidatos en las listas de legisladores nacionales.
Hay quienes advierten, por otro lado, que una eventual candidatura de Néstor Kirchner en la provincia de Buenos Aires obligará al ex presidente a jugar a fondo en ese distrito y le dejará escaso margen para trasladar la campaña al resto de las provincias como lo hizo recientemente en Catamarca de la mano de Luis Barrionuevo y Ramón Saadi.
Hay provincias en las que los gobernadores venían manteniendo un perfil más independiente del kirchnerismo y esto se acentuará.
Por ejemplo, fuentes cercanas al gobernador Juan Schiaretti ayer destacaron a LA NACION que en Córdoba se mantendrá la independencia del PJ provincial de la Casa Rosada al momento de elaborar la lista de legisladores. A la vez, Schiaretti dejó en claro en una reunión que mantuvo hace dos meses en Olivos con Kirchner que seguirá defendiendo al campo y reclamará una mayor coparticipación a la Nación.
Este escenario se repite en Santa Fe donde el senador Carlos Reutemann está decidido a jugar por fuera del kirchnerismo a pesar de que ayer su rival político-partidario, el jefe de la bancada de diputados del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, aseguró que "éste es un momento muy importante para apoyar al gobierno nacional".
No piensa lo mismo que Rossi el ex gobernador entrerriano Jorge Busti, distanciado del kirchnerismo, quien aseguró que "el resultado de las elecciones de Catamarca fue adverso porque hubo una equivocación en la estrategia política del Gobierno".
En rigor, Entre Ríos es una provincia compleja de resolver políticamente porque tiene una fuerte dependencia de la Nación por el nivel de obra pública que se realizó con fondos de la Casa Rosada y el gobernador Sergio Urribarri no tiene previsto despegarse de la campaña de Kirchner, según dijeron a LA NACION fuentes cercanas al mandatario provincial.
Otra provincias que tienen una fuerte dependencia de la Nación y que les costará despegarse de los Kirchner son La Rioja, Formosa, Tucumán, Santa Cruz y Mendoza. De hecho, ayer los gobernadores Beder Herrera (La Rioja) y José Alperovich (Tucumán) defendieron el discurso de la Casa Rosada al sostener que sin la intervención de Kirchner en Catamarca el peronismo hubiese perdido por más de 20 puntos.
En tanto, hay distritos que si bien jugaron con el kirchnerismo hasta ahora, en lo inmediato empezarán a armar la campaña con un fuerte tono localista y sólo aceptarán la intervención kirchnerista en el caso de que haya visitas "institucionales" de la Presidenta. Esto ocurre, por ejemplo, con Chubut, donde el gobernador Mario Das Neves no cree que se necesite de la presencia de los Kirchner para ganar los comicios, aunque este viernes recibirá a Cristina para la inauguración de obras públicas. Algo similar ocurre en Misiones, Salta y La Pampa. En estos distritos los gobernadores miden mejor que los Kirchner en las encuestas y confían en la provincialización de la campaña.
Se trata de una reacción después de las enseñanzas que dejaron las elecciones legislativas de Catamarca, donde el Frente Cívico del gobernador radical, Eduardo Brizuela del Moral, un aliado de Julio Cobos, venció por más de 10 puntos a la lista apoyada por Néstor Kirchner.
Aunque no será una estrategia oficializada, Kirchner pareció aludir ayer a ella al sostener que "pese a lo que digan" seguirá recorriendo "cada pueblito del país como presidente del PJ para ganar los comicios en octubre". Lo hizo durante un acto en el conurbano, donde habló por primera vez del traspié en Catamarca.
"Lo mejor que podemos hacer por el peronismo es mostrar todo lo positivo de nuestras gestiones provinciales", afirmó a La Nacion el gobernador de San Juan, José Luis Gioja, un dirigente fiel al matrimonio presidencial.
Otros mandatarios y legisladores del PJ coincidieron ayer ante LA NACION que la campaña legislativa que se avecina estará claramente provincializada y se tratará de eludir o limitar la figura del ex presidente y de Cristina Kirchner.
Habrá, por cierto, las excepciones de siempre en distritos donde existe una alta dependencia económica y política de la Nación, por lo que no podrán evitar una nacionalización de la batalla electoral.
Varios gobernadores del PJ buscarán mostrar la gestión de sus distritos y evitar una exposición mayor del ex presidente como ocurrió en Catamarca.
Además, en la Casa Rosada admitieron en reserva que la reciente derrota electoral le restará al ex presidente poder de negociación a la hora de imponer candidatos en las listas de legisladores nacionales.
Hay quienes advierten, por otro lado, que una eventual candidatura de Néstor Kirchner en la provincia de Buenos Aires obligará al ex presidente a jugar a fondo en ese distrito y le dejará escaso margen para trasladar la campaña al resto de las provincias como lo hizo recientemente en Catamarca de la mano de Luis Barrionuevo y Ramón Saadi.
Hay provincias en las que los gobernadores venían manteniendo un perfil más independiente del kirchnerismo y esto se acentuará.
Por ejemplo, fuentes cercanas al gobernador Juan Schiaretti ayer destacaron a LA NACION que en Córdoba se mantendrá la independencia del PJ provincial de la Casa Rosada al momento de elaborar la lista de legisladores. A la vez, Schiaretti dejó en claro en una reunión que mantuvo hace dos meses en Olivos con Kirchner que seguirá defendiendo al campo y reclamará una mayor coparticipación a la Nación.
Este escenario se repite en Santa Fe donde el senador Carlos Reutemann está decidido a jugar por fuera del kirchnerismo a pesar de que ayer su rival político-partidario, el jefe de la bancada de diputados del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, aseguró que "éste es un momento muy importante para apoyar al gobierno nacional".
No piensa lo mismo que Rossi el ex gobernador entrerriano Jorge Busti, distanciado del kirchnerismo, quien aseguró que "el resultado de las elecciones de Catamarca fue adverso porque hubo una equivocación en la estrategia política del Gobierno".
En rigor, Entre Ríos es una provincia compleja de resolver políticamente porque tiene una fuerte dependencia de la Nación por el nivel de obra pública que se realizó con fondos de la Casa Rosada y el gobernador Sergio Urribarri no tiene previsto despegarse de la campaña de Kirchner, según dijeron a LA NACION fuentes cercanas al mandatario provincial.
Otra provincias que tienen una fuerte dependencia de la Nación y que les costará despegarse de los Kirchner son La Rioja, Formosa, Tucumán, Santa Cruz y Mendoza. De hecho, ayer los gobernadores Beder Herrera (La Rioja) y José Alperovich (Tucumán) defendieron el discurso de la Casa Rosada al sostener que sin la intervención de Kirchner en Catamarca el peronismo hubiese perdido por más de 20 puntos.
En tanto, hay distritos que si bien jugaron con el kirchnerismo hasta ahora, en lo inmediato empezarán a armar la campaña con un fuerte tono localista y sólo aceptarán la intervención kirchnerista en el caso de que haya visitas "institucionales" de la Presidenta. Esto ocurre, por ejemplo, con Chubut, donde el gobernador Mario Das Neves no cree que se necesite de la presencia de los Kirchner para ganar los comicios, aunque este viernes recibirá a Cristina para la inauguración de obras públicas. Algo similar ocurre en Misiones, Salta y La Pampa. En estos distritos los gobernadores miden mejor que los Kirchner en las encuestas y confían en la provincialización de la campaña.
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