En una de las habituales recorrida por distintos lugares del llano social, me llamó la atención el contraste que se producía entre la prestación de servicios que brinda la Municipalidad , con, el mantenimiento que deberían realizar los vecinos, en este caso, de sus veredas y las esquinas con terrenos baldíos.
En ALMIRANTE BROWN, se observa un amplio despliegue de recursos y estructura logística, para realizar en los barrios de las localidades del distrito, un importante trabajo de desmalezamiento, limpieza de arroyos, paseos, plazas y veredas.
Hoy los vecinos, aún aquellos más reacios, se animan a comentar, “por primera vez, me han venido a barrer la cuneta y…” Y, se ve a las brigadas o cuadrillas de mujeres y hombres de amarillo, desplegarse por doquier para dejar la zona –barrida-
Poda de árboles para dejar en libertad de movimiento a los cables, acondicionamiento de cunetas, asfalto, bacheos, y, todo tipo de emprolijamiento que embellecen a las localidades y prestan un mejor servicio y calidad de vida.
A todo esto, -el contraste- está en los barrios que no colaboran consigo, dado que, si se les brinda un servicio de pulcritud de sus predios, cunetas y veredas, sería prudente que, -lo mantengan- por el bien propio.
No hay que confundir el servicio prestado con –la obligación- de mantenimiento constante de los domicilios particulares, de los que gustan vivir en la desidia.
Tampoco, debemos de igualar conceptos con aquellos que, indolentes, vuelcan, desde el interior de sus casas, a través de un motor bombeador, las aguas servidas hacia las cunetas que comparten con los vecinos de su cuadra y adyacentes.
En las esquinas, como si fuera un acto de –viveza- dejan, basura haciendo una pila de deshechos que, pareciera que –los de enfrente- no ven nada y, nadie reclama por el hecho, prefieren que se acumule la basura, total…”la muni tiene que llevarlo, es su obligación…y, el pasto, si quieren ver lindo al barrio, que lo corten…” Me respondió una señora, sentada en la vereda, bajo la sombra de un paraíso.
Aquí, en la repuesta, está la diferencia de la estructura educativa-cultural, contra la que, Darío Giustozzi, debe empujar con “…el corazón y con el espíritu…” porque, quizá, los habitantes desahuciados sociales, crean que, “la muni”, les debe mandar la vianda y la cuadrilla de amarillo, para servirlos en su dejadez y miseria humana.
No digo más, por una cuestión de prudencia…y, hace 34 grados de calor.
Juanqui
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