Monday, January 11, 2010

UN LIBRE PENSADOR LLAMADO ANIBAL HALL NOS PINTA LA CONDICIÓN HUMANA Y SOCIAL DE LA POBREZA -DE LOS POBRES DEL MUNDO.



Hace unos días, quizá antes de "las fiestas" los días de diciembre en que todos nos envíamos felicidades y nos acordamos de todos, y brindamos besos copas y vasos y por allí, en Facebook lei un párrafo referido "A los Pobres-a La Pobreza" y su pinturita me trasladó a otros momentos donde deambulo en el llano social y observo todo esto que dice ANIBAL HALL. Es decir, me identifico con su modo de ver la condición humana y social.
Le hice una notita y le pedí su trabajo. Tuve la repuesta y estoy totalmente agradecido al autor que, hace referencia a su participación literaria, aclarando que no es sociólogo, solamente...UN LIBRE PENSADOR ¿QUE MAS?


Estimado Juan Carlos Varela García
Recibí un pedido suyo en Facebook de una ampliación sobre el tema de los pobres. Quiero aclararle, que no soy sociólogo ni cosa que se le parezca, apenas un libre pensador que expresa sus puntos vista sin pretender ser dueño de ninguna verdad. Hay temas que son disparadores de opinión y yo me enriquezco y aprendo de los conceptos que vierten las demás personas, amén de aportar mi punto de vista, generalmente basado en experiencias personales.
Agradeciendo desde ya su interés, lo saludo afectuosamente.
Aníbal Hall



Soy un apasionado por la literatura. Tiene que ver con mi infancia que transcurrió entre lecturas y coros de chicharras en el campo, hasta que ya en la adolescencia entre las página








LOS  POBRES
Muchas veces las personas hablamos de los pobres y de la pobreza. Los políticos en sus peroratas de barricada se refieren  a  : “Los que menos tienen”  “La distribución de la riqueza”  y otras frases no menos altisonantes, pero desconociendo en realidad los efectos que tendrán sus políticas en los seres humanos, sobre todo si sabemos poco de esos seres humanos, que solo están presentes en épocas electorales, pero luego desaparecen envueltos en la bruma de la ausencia, ya no están como personas, ya no les pide que piensen y razonen porque es mejor votar al candidato tal o a cuál, ahora son solo estadísticas, son los desechos del sistema, que bueno sería para los políticos que no existieran.  Pero ya que están ahí, numerosos, anónimos, grises, pegajosos, hay que esconderlos lo más que se pueda detrás de una dádiva en forma de subsidio y a formar parte de un clientelismo que los denigra y avergüenza.
Los pobres son inasibles en términos colectivos, son el 60% de la población mundial. Viven con menos de 2 U$S por día. Son una marea y están en todas partes y los ricos se protegen de ellos levantando muros y alambradas y poniendo vigilancia armada en los barrios cerrados.
Los pobres viven hacinados, con calor insoportable en sus ranchos de chapa y cartón, con fríos intensos en esos mismos ranchos por donde se filtra el viento, la humedad, el polvo, los insectos. Los ruidos, el humo, la lluvia. Allí viven amontonados y mezclados. Una vida llena de aflicciones. No tienen nada, disimulan su sufrimiento porque no les gusta dar lástima. 
Los pobres  están habituados a convivir con extrema proximidad uno de otro, en espacios  muy reducidos, de modo que todo movimiento tiene repercusiones físicas  inmediatas. Desde muy pequeños aprenden a disputar el espacio, por lo general de manera violenta y ese intercambio, genera adaptación física. Su lenguaje,  los gestos con las manos, son expresión de esa participación física. La amistad y la pelea se manifiestan tan rutinaria y naturalmente como las horas.
Los pobres no tienen desarrollo ni seguridad. No hay futuro, de hecho los pobres no esperan el futuro.  Los jóvenes pobres son intensamente jóvenes y se inician en la procreación a edad muy temprana.  El sexo, con su momento de placer los saca de la cruda realidad.
Los pobres no van al dentista, posiblemente ni se cepillen los dientes, su dieta tiene un excesivo componente de harina y grasa, por lo que están subalimentados y con sobrepeso o extrema delgadez. Los bebés poco amamantados por madres mal alimentadas, tienen pocas posibilidades de un buen desarrollo neuronal y ese déficit ya no lograrán recuperarlo en el futuro.
Hay vacunación gratuita en hospitales públicos, pero las madres no los llevan, por ignorancia, desidia o por que no tienen las monedas para el viaje. Las mujeres no acceden a chequeos gratuitos, porque en invierno no pueden asearse bañándose con un balde a la intemperie o porque no tienen ropa interior en condiciones y eso las avergüenza y por lo tanto optan por no acudir a la cita con el médico. Estas cosas les pasan a los pobres.
Los chicos crecen en ese paisaje darwuiniano y no debe sorprendernos que sean delincuentes, por que esa es la perspectiva más a mano que les ofrece su condición y su entorno, amén de que su aspecto físico lo estigmatiza ante una sociedad hipócritamente xenófoba.
Otro dato curioso, es que los pobres creen mucho en la buena o mala suerte. Son supersticiosos, tienen poco que elegir y los ejemplos de éxito que tienen más a mano están vinculados a lo fronterizo o delictual.
A los pobres no les pasa desapercibido el enriquecimiento de los funcionarios públicos, y ven como los tratan hasta los simples empleados de una repartición oficial cuando van a tramitar algo, pero tienen siempre en sus relatos y en sus expectativas la sensación de que la justicia es inminente, tal vez por una forma de instinto de conservación, transmiten esta utopía de generación en generación. En sus memorias siempre está la caída de alguno que los traicionó con sus promesas y sienten que Dios hizo justicia, pero el festejo fue efímero, ya que el ruin fue reemplazado por otro igual o peor.
Los pobres son feos y huelen mal. Son una marea y están en todas partes, parece inofensiva.

Nosotros podemos abundar en múltiples e ingeniosas maneras de proponer soluciones para un mundo del que sabemos muy poco. Clamamos por Orden, Libertad y Democracia, pero para que estas declamaciones tengan algún sentido para el 60% de la población mundial, tenemos que convencernos que la solución está ligada a la solidaridad y la fraternidad con el género humano al que pertenecemos sin distinción de etnia o  clase social ya que todos nosotros somos habitantes de esta pequeña mota de polvo que es nuestro planeta, uno de los más pequeños de un sistema solar en una galaxia pequeña situada en los arrabales del universo. Si tomamos conciencia de nuestra verdadera dimensión física y también la intelectual ante lo incognoscible, tal vez la soberbia y el ego desagoten la conciencia para dejar fluir lo mejor que tenemos como especia que es la pasión del hombre y mientras la llama de esa pasión arda en nuestros corazones…¡Sobreviviremos! 

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