Decir que la suba del precio de la carne se debe a un aumento de las lluvias y a que el productor está reteniendo las vacas para ganar más plata, sin mencionar que hace casi cinco años recibe el mismo precio por su producto que lo ha llevado en algunos casos a la quiebra, es hacer un análisis sesgado de la realidad y revela la falta de conocimiento de las autoridades nacionales sobre la crítica situación que atraviesa la ganadería de nuestro país.
A raíz de la perversa política implementada por el gobierno nacional, que destruyó la actividad ganadera y ahuyentó la inversión, la Sociedad Rural Argentina, ha venido advirtiendo asiduamente sobre las consecuencias que sufriría el consumidor argentino sino se modificaba esta situación. Hecho que se ve agravado porque los argentinos somos los mayores consumidores de carne vacuna del mundo.
Desde el mes de diciembre del año pasado venimos escuchando a representantes de los carniceros quejándose porque el precio de la carne en gancho sube y deben trasladarlo al consumidor.
Ellos dicen que como el precio del animal en pie subió, deben aumentar los precios al consumidor, agregando como causa también que se esta exportando más.
En realidad lo que les está sucediendo a los carniceros es que se les están achicando los márgenes, desde hace varios años superan los porcentajes normales del 18-20%, llegando en oportunidades al 45%. Teniendo en cuenta que al aumentar los precios, implicaría una caída en sus ventas, lo que buscan es una mayor intervención del gobierno nacional en el mercado del ganado en pie y mayores trabas a las exportaciones. En definitiva: más favores cuando fueron cómplices beneficiarios por el gobierno.
Pero estas acciones ya han demostrado su total inoperancia, porque lo que sucedió en la realidad, es que la participación del productor en el valor final de la carne se ubica cercana al 24%, cuando en 2005 era del 30% y la carne valía en promedio $8, mientras que hoy el promedio de los cortes se ubicaría en los $22.
Por otro lado no es cierto que el aumento del precio se debe a que se exportó más, si observan las estadísticas y conocen el sistema de ROE`s, los cortes que más se controlan son los del cuarto delantero y su exportación esta sujeta a la decisión delSecretario de Comercio Interior y al cumplimiento de los precios acordados.
Desde las entidades hace varios años que venimos diciendo que esto iba a suceder, nos comimos las vacas, vamos a producir 3 a 4 millones de terneros menos, producimos menos kilos de carne porque estamos vendiendo animales más livianos a través de los sistemas de feedlots y porque los números no cierran. El criador produce a pérdida y el invernador esta casi en extinción. ¡NOS QUEDAMOS SIN RESERVAS!
Todo esto se debió a la política errónea implementada por el gobierno nacional para cuidar la “mesa de los Argentinos”, que no fue así, en perjuicio y a costa de la producción, como fueron los precios máximos (al productor), el peso mínimo de faena (afectó al criador), el cierre de las exportaciones (menos carne y más cara), los subsidios a los feedlots (desventaja para el invernador a campo), entre otros.
Lo que venimos pidiendo hace años es una política ganadera de largo plazo que contemple las exportaciones como una herramienta importante, que permitirá generar más carne, mas barata. Esto junto con un mercado sin intervenciones estatales creará incentivos para invertir en el sector y mejorará el precio que puede recibir tanto el invernador (a campo o a corral) y el criador.
Pero para que esto suceda es necesario también, que la cadena de ganados y carnes actúe conjuntamente, terminar con la hipocresía y que no se echen indebidas culpas al productor por el precio en el mostrador ya que nunca el productor ganadero, a diferencia del industrial, fue quien fijó los precios de su producto. Esta situación tampoco se debe a que se está exportando. Les recordamos que históricamente se exporta el 20% de los que producimos y que en estos años este porcentaje fue mucho menor.
Por eso les pedimos al Gobierno Nacional y a los representantes de los carniceros que no confundan a la sociedad y que asuman el resultado adverso de la política oficial que alentaron, y que trabajemos juntos para lograr un crecimiento sostenido de la actividad.
La ganadería argentina necesita que sean liberadas todas las fuerzas de producción de tal manera de poder abastecer al mercado interno, exportar más para generar divisas y mas carne y fomentar el desarrollo de las comunidades del interior muy ligadas a esta actividad. |
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