Por Andrés Irazoqui andresirazoquidantaz@hotmail.
CON AMIGOS COMO ESTOS, NO NECESITO ENEMIGOS.
Seguramente esto es lo que estará pensando el presidenciable Luis Alberto Lacalle, cada vez se acerca más la segunda vuelta y no sólo no puede alcanzar a su opositor Mujica, sino que sus “socios” del partido Colorado han salido con declaraciones tan fuertes en contra de la coalición de izquierda, que en realidad más que atacarlas le están haciendo un favor.
En primero lugar, el ex presidente colorado, Julio María Sanguinetti, acusó a la central obrera PIT-CNT de ser “golpistas”. La dirigencia de la central obrera había manifestado públicamente que preferían la fórmula de Mujica-Astori, pues “al gobierno de Lacalle ya lo padecimos y lo sufrimos” afirmaron. A pesar de las diferencias ideológicas notorias, el ex presidente y ahora candidato en pugna a la presidencia, Lacalle, había mantenido un clima de armonía con el PIT – CNT; ya que sabiendo las diferencias, un buen reracionamiento podría captar algunas adhesiones. Pero el exabrupto de Sanguinetti echó por tierra cualquier tipo de esperanza de votos. El PIT-CNT respondió enérgicamente alegando que era un agravio que la central obrera no iba a tolerar y retrucó que “cuando el Sr Sanguinetti era Ministro la CNT fue disuelta por el gobierno en la antesala al golpe de estado, cuando nos reprimían Sanguinetti andaba golpeando las puertas de los cuarteles para que nos castiguen”; esto fue sólo una parte de la extensa contestación que el PIT-CNT expresó a Sanguinetti. Pero sin lugar a dudas que Sanguinetti separó más las aguas, y distanció todos los acercamientos que Lacalle intentó hacer.
Pero el exabrupto que seguramente quedará en el futuro como una “joyita” en el arte de embarrar la cancha en una contienda electoral, la propició el también ex presidente del Partido Colorado Jorge Batlle (recordado en Argentina por su famosa frase: “los argentinos son todos una manga de ladrones, del primero hasta el último”). El pasado fin de semana se encontró un increíble arsenal de armas y algunos lingotes de oro en una casa de Montevideo. Se encontró de “casualidad” por los bomberos ante la denuncia anónima de un incendio en el fondo de la casa; fue claramente una “vendeta”. La policía fue a la casa del titular de la casa, que reside en Shangrilla - Canelones, en la Costa de Oro (20 km de Montevideo). Así fue que se encontraron con Saúl Feldman, un escribano de 61 años, que padecía una enfermedad terminal, y al comprobarse que era el titular de la casa de Montevideo la policía lo intimó a que lo acompañara. Feldman pidió que lo dejaran sacar unos documentos de su casa, y en el instante en que la policía se distrajo ultimó a balazos a uno de ellos e hirió a dos agentes más. Se pidió apoyo y se generó un gran tiroteo que culminó al otro día cuando mediante explosivos y gran cantidad de policías de la brigada especial GEO lograron abatir a Feldman.
El origen del tráfico de armas se da casi como seguro a Brasil, según fuentes policiales.
En el allanamiento a la casa se encontraron algunos libros de literatura marxista.
Esto dio pie a Batlle, quien pensó que se puede hablar y acusar de cualquier cosa impunemente, expresando en una entrevista concedida al semanario Búsqueda, que para él las armas encontradas en realidad eran muchas más e indirectamente vinculó a Marenales (uno de los referentes históricos del MLN-T) y a Mujica. Expresó que Mujica debe decirle a la población “si aún sigue por los fierros o por los votos”.
Lo de Feldman es un hecho absolutamente aislado a la campaña electoral y nada tiene que ver con esta. El exabrupto de Batlle sólo logró echarle más tierra encima a Lacalle; ya que la mayoría de los ciudadanos consideran que vincular ese hecho con algún candidato es totalmente traído de los pelos.
El Juez emplazó a Batlle a declarar, quien manifestó que no tenía ninguna prueba de sus dichos y en tono jocoso manifestó al juez: “el día que tenga pruebas le tocaré el timbre de su casa y se las entregaré”. Marenales pidió una pericia siquiátrica a Batlle, pero desestimó realizar un juicio por injurias para no enrarecer más el clima electoral.
La última encuesta de Factum, realizada ayer daba a Mujica con un 49% y a Lacalle con un 42%. El leve ascenso de Mujica, menos del 1%, se supone que son los votos de Asamblea Popular (sector radical escindido del Frente Amplio en estas elecciones). Y los blancos pasaron del 28 al 42; que son los votos colorados. El restante 9% es muy probable que se divida equitativamente entre ambos contendientes y votos en blanco.
Pero ante la tranquila campaña electoral, estos dos hechos movieron el escenario; principalmente el exabrupto disparatado de Batlle. A estas alturas Lacalle estará pensando si con amigos como éstos… para qué va a precisar enemigos.
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