Sunday, April 11, 2010

DE NOTICIAS BROWN.COM- UNA REFLEXIÓN DE VALDEZ-


¿Puedo llamar inflación a la inflación?
Ramon Valdez

11 de Abril de 2010, Noticias Brown

Mientras algunos funcionarios tratan de encontrar en la semántica otros términos que no digan explícitamente inflación, la población lo sufre en carne propia. Y de la forma que la quieran llamar, los asalariados saben que con la misma plata, mes a mes, compran menos en los supermercados.
Por Ramón Valdez
En junio pasado, cuando los candidatos trataban de granjearse el apoyo electoral, el raquítico bolsillo de los asalariados tenía ya una sentencia de considerable merma y perdida de salario real por medio de la inflación que ya asomaba voraz sobre el estipendio de los trabajadores.

Y a esta altura de la escalada de precios ya no hay que demostrar absolutamente nada en el terreno de las aritméticas: porque palmariamente lo sufren los asalariados más rudimentarios. Y eso se nota cada día más.

Finalizada las elecciones del mes más fatídico del gobierno (junio de 2009), los precios que estaban agazapados se abalanzaron sobre los sueldos del proletariado, en desmedro de la sobrevivencia de muchísimos hogares argentinos.

Demás esta decir que quienes padecen esta escalada inflacionaria son lo que tienen los sueldos más bajos, ya que gran parte de sus ingresos va a parar al consumo de la canasta alimentaria.

Mientras algunos funcionarios tratan de encontrar en la semántica otros términos que no digan explícitamente inflación, la población lo sufre en carne propia. Y de la forma que la quieran llamar, los asalariados saben que con la misma plata, mes a mes, compran menos en los supermercados.

Estos aumentos de precios impactan de pleno en los indicadores reales de la pobreza, ya que son productos de primera necesidad y generalmente sin sustitutos.

No intento entrar en la maraña de números de las consultoras privadas, ni las del Indec, ni tampoco quiero disentir ociosamente con los cráneos burocráticos que a la inflación no la llaman inflación. Los números de doña Rosa, dicen que la estampida de precios, día a día, viene comiéndose sus magros sueldos. Hecho incontrastable.

Estos incrementos golpean duramente a más del 30% de la población que esta bajo los niveles de pobreza. Y ni hablar de los que trabajan en negro; porque ellos no gozan de aumentos salariales negociados por gremios, tickets alimentarios ni aguinaldo.

Estamos retrocediendo a un tiempo que los dichos de un dirigente gremial, en la década de los 80, graficaba acertadamente la realidad de la inflacion: Mientras los precios suben por el ascensor, los salarios lo hacen por la escalera.

Particularmente creo que este gobierno ha intentado llevar justicia social hasta los hogares mas castigados del país, pero esta batalla de precios contra salarios la están ganando los formadores de precios. Y, esta vez, no intento desentrañar las causas, solo me estoy refiriendo a los efectos que llevan zozobra a millones de hogares argentinos.

Llamase como la quieran llamar los funcionarios a la inflación, es bueno recordar que esta ¿inflación? Es el impuesto más regresivo e injusto que castiga a los sectores mas necesitados de nuestra sociedad. Pero más que tener claro este principio es encontrar las verdaderas causas de este flagelo y encontrarle remedio adecuado y a tiempo.

Ramón Valdez es periodista que se ha desempeñado en diversos medios nacionales e internacionales. Desde joven adscribió al peronismo donde ocupo relevantes cargos partidarios

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