Saturday, April 10, 2010

EN LA NACIÓN DE HOY SÁBADO

El viaje presidencial / Reunión de la Presidenta con la Cámara de Comercio

Preocupa la transparencia al empresariado de EE.UU.

Le plantearon a Cristina Kirchner la necesidad de tener un "ambiente más previsible"

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Sábado 10 de abril de 2010 | Publicado en edición impresa 

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Preocupa la transparencia al empresariado de EE.UU.
Néstor Kirchner aplaude la llegada de su esposa, la Presidenta, a la reunión en la Cámara de Comercio de Estados Unidos
Mariana Verón 
LA NACION

WASHINGTON.? Fue con tono sutil y gestos componedores, pero Cristina Kirchner debió escuchar el pedido del empresariado norteamericano más poderoso del país para "arreglar" la relación bilateral y generar "ambientes más transparentes y previsibles" entre ambos países.
En la Cámara de Comercio de Estados Unidos, Cristina Kirchner obtuvo un primer test del clima de negocios y, entre palabras conciliadoras, recibió reclamos específicos de las grandes compañías norteamericanas instaladas en la Argentina, que buscaron llevarse precisiones del Gobierno para crear mejores condiciones.
Uno de los hombres de negocios que introdujeron algo de incomodidad a la Presidenta fue el anfitrión, Thomas Donohue, el titular de la influyente Cámara de Comercio de Estados Unidos, que le mostró la incertidumbre norteamericana. "La Argentina es un importante actor de la economía mundial. Ese papel conlleva responsabilidades ? sostuvo Donohue?. Hay que hablar de lo que hay que arreglar." Y, antes de darle la palabra a la Presidenta, añadió: "Hoy hay disputas que tenemos que arreglar en los dos lados", tras sostener que las empresas norteamericanas "se van a quedar décadas en la Argentina".
La jefa del Estado contestó con una defensa: "Siempre vamos a tener que administrar los conflictos, porque ésta es un poco la labor de los dirigentes". La miraba atentamente Néstor Kirchner, que la acompañó en la visita a Washington. La Presidenta confirmó el lanzamiento del canje de deuda (A24)Cómo hará Cristina Kirchner para mantener las inversiones en el país fue la inquietud generalizada en los hombres de negocios, que lo transmitieron en una pregunta por escrito después del discurso presidencial. Ella se acomodó frente al atril, que ocupó por más de media hora, y, sin dar precisiones ni avanzar hacia el futuro, prefirió reflotar la ayuda financiera que el Gobierno le había dado a la empresa General Motors con un préstamo de la Administración Nacional de Servicios Sociales (Anses) a fines de 2008 como explicación de la política oficial.
En una reunión privada que mantuvo minutos antes a puertas cerradas con cerca de 20 empresarios, alrededor de una mesa oval que también compartió con su marido, los hombres de negocios le pidieron a la Presidenta que ayudara "en el acceso a insumos" y le reclamaron por la falta de programas de "financiamiento para las exportaciones", según contó a LA NACION uno de los integrantes del reservado cónclave. "Hubo pedidos de más apoyo, pero hay un mejor clima", planteó un funcionario de la comitiva argentina. El Gobierno minimizó las inquietudes. "El dato supuesto que tienen los empresarios es que al país le va a ir bien", sostuvo el canciller Jorge Taiana a LA NACION.
Unos minutos después, mientras los comensales esperaban ansiosos por el pollo relleno con pan de maíz y ya disfrutaban del vino Luiggi Bosca, la Presidenta hizo un último intento por convencerlos de invertir en la Argentina. "Queremos ser un actor importante en términos de asociación entre empresas de mi país y empresas extranjeras", pidió sobre el final de su exposición, en la que defendió el canje de deuda y lo planteó como la gran apuesta para la reinserción del país en el mundo. Ratificó que se lanzará la semana próxima.
"Una de las claves fue el desendeudamiento. Ahora estamos nuevamente ante una oportunidad histórica para todos de abordar este segundo canje", entusiasmó, mientras se excusaba de no poder revelar la oferta para que la "rete" la Comisión Nacional de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés). "No sólo va a ayudar a restablecer la imagen del país, sino también permitirá a nuestras empresas, tanto nacionales como extranjeras, acceder a mejores condiciones de crédito", lo defendió.
La comitiva argentina puso especial énfasis en el "gesto" de la Presidenta de reunirse con los empresarios norteamericanos. Lo definían como "un cambio de postura sustancial". "No hubo agresiones ni críticas de parte de ella", reforzó uno de los hombres que acompañaron a la jefa del Estado a esta ciudad. Y minimizaron los diplomáticos reclamos.
Hubo en los pasillos de la solemne sede de la Cámara de Comercio inquietudes sobre la falta de precisiones en el discurso oficial. "Nada contestó sobre cómo va a resolver la deuda y no fue suficiente lo que dijo del canje. Tampoco hubo ninguna referencia a la relación con el FMI, el Club de París o la credibilidad de las estadísticas", planteó en la puerta de la entidad Peter Hakim, presidente emérito del Inter American Dialogue.
La Presidenta apenas recibió tres preguntas, que leyó el vicepresidente de la entidad, John Murphy. La única consulta más comprometida fue la primera. Las siguientes ya estaban redactadas y lo llamativo fue que cuando Murphy ya comenzaba a leerlas, las mesas con los empresarios todavía estaban entregando en papeles blancos sus consultas por escrito, que, claro, nunca llegaron a destino.
LA IRONIA DE MALVINAS CAUSO SORPRESACristina Kirchner le apuntó a la "piratería"
WASHINGTON.- La única exclamación que interrumpió el discurso de la Presidenta fue de sorpresa. Y ocurrió cuando afirmó que hoy puede verse "piratería en las islas Malvinas". Tuvo esa expresión cuando fue consultada sobre su posición frente al llamado "comercio pirata". Y ella respondió que también "hay piratería" en Malvinas. Hubo un tenue aplauso cerca de la mesa de autoridades argentinas. Las opiniones estuvieron divididas. Hubo quienes pensaron que "ya pasó suficiente tiempo" de la guerra y que eso permite "hacer bromas". Y otros que mostraron indignación. El moderador hizo silencio.
Cruce por el canje en plena calle
Amado Boudou salía entusiasmado y sonriente de la Cámara de Comercio cuando lo interceptó en la esquina, en el frío mediodía, Mark Botlsford, que se autodenominó el más grande bonista particular de los Estados Unidos. El hombre, acompañado de su mujer argentina, Marcela, comenzó la charla con el ministro entusiasmado por la reapertura del canje, pero mientras avanzaba el improvisado diálogo se despachó con críticas a la anterior propuesta de 2005. "No hubo una negociación de buena fe", se quejó el bonista. Boudou le sonrió y se fue con la excusa de no perder a la comitiva oficial.
DIXIT
"Tenemos que generar ambientes más transparentes y previsibles en la relación"
THOMAS DONOHUE 
Presidente de la Cámara de Comercio de EE.UU.
"Siempre vamos a tener que administrar los conflictos, porque ésta es la labor de los dirigentes"
Cristina Kirchner
"No contestó nada sobre qué va a hacer con la deuda y dijo poco sobre el canje"
PETER HACKIM 
Presidente de Interamerican Dialogue

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