Hay que repensar la economía global
08 de Mayo de 2010, Noticias Brown
Desde esa declamación se intento sin éxito romper la estructura económica actual y con una tendencia capitalista, aumentar el compromiso social con la humanidad penitente.
Por Ramón Valdez
El capitalismo esta en serios problemas, toda vez que se lo considere como el sistema económico que se complementa con la democracia para resolver los problemas de los pueblos. Aunque en realidad la tragedia es de la gente, con carne y hueso y no como sujetos meramente estadísticos.
Las reiteradas “crisis” que se verificaron con la explosión de la denominadas “burbujas” financieras en Japón y luego en los Estados Unidos encendieron varias luces de alarmas. ¿Era el agotamiento sistémico o estábamos en presencia algunas “avivadas” financieras de empresas globalizadas que perjudicaban a todos los benditos mercados?
Cuando los gobiernos inmersos en esta problemática aun están lidiando por salir de ese trance (A tal punto que en los Estados Unidos la desocupación trepa al 10%), aparece en el horizonte otra tormenta que abarca a toda la eurozona y sus coletazos se reparten en los mercados mundiales.
Grecia, España, Portugal e Irlanda están en el ojo de la tormenta, y los propios gurúes del capitalismo desconocen cuan intensa será esta tempestad y qué dejara en pie cuando este tornado pase.
La plena y feroz vigencia del sistema único hacen que los vaticinios y las profecías del fin del capitalismo sean temerarios. Ya no compite con el socialismo marxista, ni aparece ninguna filosofía que pueda ni siquiera hacer pensar remotamente en el fin de una era económica y la irrupción de otra.
La producción y el capital privado (inclúyase especialmente la financiación), son dos piernas que hacen caminar al capitalismo. Pero tal parece que una de sus extremidades esta seriamente afectada y el sistema no puede caminar a los saltos con un muslo atrofiado. Pero el mundo industrializado jamás va a reconocer que “el sistema esta caído” y buscan parches y medicación diversas para que el capitalismo se ponga nuevamente en pie y camine sin cojear.
Las nocivas prescripciones del Fondo Monetario Internacional a Grecia (como también ocurrió en nuestro país) nos hacen ver que el sistema no tiene incorporado una ingeniería que se autoregenere por si mismo cuando se aprecien “errores” que empujan a millones de personas, en el mundo, a la pobreza y el desempleo.
La libertad de empresa propone que todas las empresas sean libres de conseguir recursos económicos y transformarlos en una nueva mercancía o servicio que será ofrecido en el mercado que éstas dispongan, pero ese único afán de concentrar herramientas de producción (llámese capital de financiamiento) nos llevo a que cada vez unos pocos sean extremadamente mas ricos y muchos mas ingresen y se eternicen en la pobreza extrema.
El orden económico en el cual predomina el capital sobre el trabajo como elemento de producción y creación de riqueza, con el objeto de controlar los medios de producción, parece haber llegado a su punto mas extremo y la fraguada “ilusión” financiera solo conduce al quiebre del sistema.
La fórmula siempre es la misma: ajuste sobre el sector que garantiza la producción; los asalariados. Los gurúes del capitalismo parecen haber olvidado que el propio Adam Smith en su ensayo sobre “La Naturaleza y las Causas de la Riqueza de las Naciones”, sostiene que la riqueza procede del trabajo y no de la especulación ¿y expoliación? financiera.
Ante el derrumbe del socialismo aparecieron algunas voces intentando torcer el rumbo inmisericorde al que nos llevaba el capitalismo de paladar negro. Entonces intentaron teorizar algunas alquimias dentro del sistema. “Capitalismo con Rostro Humano”, “Capitalismo Social”.
Desde esa declamación se intento sin éxito romper la estructura económica actual y con una tendencia capitalista, aumentar el compromiso social con la humanidad penitente. Modificar el orden internacional a un orden más social que económico. Y, a largo plazo, cambiar el curso del flujo del dinero hacia los más desfavorecidos. Pero, a las claras esta demostrado que no funcionó.
Por eso se torna urgente que los filósofos y estadistas vayan repensando un modelo económico que termine con la expoliación de los pueblos y nos dirijamos hacia la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Alcanzaremos a ver esos nuevos paradigmas hechos realidad?
Ramón Valdez es periodista que se ha desempeñado en diversos medios nacionales e internacionales. Desde joven abrazo el ejercicio de la militancia política y participo en el peronismo donde ocupo relevante cargos partidarios provinciales y nacionales.
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