ESPECIAL PARA -viarrapida- DEL PARTIDO SOCIALISTA ESPAÑOL

Instituciones e hipocresía.

Tanto Rajoy como Cospedal opinaron que las marchas y actitud del PSOE y del gobierno en apoyo a Garzón estaban poniendo en riesgo la democracia.

¿Desde cuándo realizar marchas pone en riesgo la democracia? Si precisamente es una de las manifestaciones de sus piedras fundamentales: la libertad de opinión, de expresión, de pensamiento.

La preocupación de Cospedal por lo que ella denomina el “ataque a las instituciones” es paradójica y contrastante. Eligió el silencio cuando la insurgente Aguirre llamó a la desobediencia civil o cuando afirmó que “la corrupción es algo consustancial a todas las instituciones”, como si la corrupción fuera fruto que sale de un árbol y no una acción ilegal de algunos hombres y mujeres.

La trama Gürtel atenta contra la democracia, porque corroe la percepción ciudadana y hace aparecer a la política como un elemento de enriquecimiento ilícito, ilegal e ilegítimo. Nuevamente el silencio fue la respuesta del partido del pájaro.

Fue Fraga Iribarne el que llamó a sosiego al Mayor Oreja (el mismo que no quiere condenar al franquismo) cuando dijo que ETA y Zapatero tenían el mismo objetivo. El silencio cómplice y atentatorio contra los partidos democráticos ante semejante afirmación fue nuevamente la actitud de Don Mariano y Doña María.

En este ejercicio y práctica del olvido y de un silencio mortuorio tal vez es preciso recordar que, en términos históricos, los que atentaron contra las instituciones dando un golpe de estado y ejerciendo contra el pueblo terrorismo de estado fue el franquismo.

Es curioso el tema del silencio. La dictadura militar en Argentina tuvo un lema “El silencio es salud”. Esta consigna, buscaba masificar en la población una pedagogía del miedo.

Significativamente, el silencio ante la propia corrupción y el miedo son los componentes de la estrategia del PP. Una actitud permanente de crispación y negativa destructiva de la gestión de gobierno, así como un sistemático discurso apocalíptico caracteriza la práctica pepera.

Aquí en Argentina hubo y habrá distintas expresiones de apoyo al juez Garzón. Por memoria, por solidaridad, por identidad. En los tiempos oscuros del neoliberalismo puro y duro, que arrasaba y arreciaba, la iniciativa de Castresana y Garzón fortaleció la larga lucha por los derechos humanos. Lo menos que podemos hacer los doble-nacionalidad, los argentinos y todos los seres humanos de honradez, es pronunciarnos con saludables expresiones de recíproca solidaridad para con Garzón, que por cierto, no sólo no cuestionan las instituciones, sino que fortalecen el espíritu democrático y el debate de ideas.

Gustavo López Pardo

Sec. de Organización

PSOE Buenos Aires