Enérgico reclamo de Europa
por las barreras comerciales
Calificó de "inexplicable" el freno a la importación de alimentos;
Brasil analiza tomar represalias
José Crettaz
LA NACION
La Unión Europea (UE) y Brasil respondieron en duros términos ayer al cierre de las importaciones de alimentos ordenada por la presidenta Cristina Kirchner por medio de su polémico secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Además, advirtieron que, de aplicarse tal como fue anunciada, la Argentina podría ser denunciada ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). En un comunicado, la UE confirmó que "interpeló formalmente a las autoridades argentinas a propósito de las restricciones a la importación de alimentos anunciadas en los últimos días. Tales restricciones, de concretarse, serían incompatibles con la normativa de la OMC y con los compromisos de Argentina en el marco del G-20".
Para el bloque europeo, "dichas medidas resultan además inexplicables pocos días antes del posible relanzamiento de negociaciones comerciales entre la UE y el Mercosur. Dichas negociaciones, que la Argentina ha impulsado tan decididamente durante su presidencia del bloque sudamericano, tienen precisamente por objetivo incrementar los flujos de importación y de exportación entre las partes". Además, la UE recuerda que la Argentina es un exportador neto de alimentos: vende al mundo por US$ 22.000 millones y sólo importa ese tipo de productos por US$ 1000 millones anuales.
Una veintena de embajadores de países miembros de la UE irán hoy a las 11 a la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, que preside el peronista opositor Alfredo Atanasof. Aunque el encuentro estaba previsto desde hacía semanas y se relaciona con la preparación de la próxima Cumbre UE-América latina, es posible que la tensión comercial se mencione en el encuentro.
En tanto, el canciller de Brasil, Celso Amorim, instruyó a la embajada de su país en Buenos Aires a expresar la "preocupación" de su país sobre la posibilidad de que la Argentina aplique barreras comerciales. "El ministro Amorim acompaña el asunto con preocupación y por eso instruyó a la embajada de Brasil en Buenos Aires a expresar ese sentimiento a las autoridades argentinas", dijo un vocero de ese ministerio. La fuente también informó que el embajador de Brasil en la Argentina, Enio Cordeiro, se entrevistó ayer con el secretario de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales, Alfredo Chiaradía, a quien le transmitió el mensaje de Amorim.
Las nuevas barreras comerciales, que se suman a otras restricciones para importar y exportar que viene instrumentado la Argentina, también se colaron en la campaña electoral en la que está inmerso Brasil con miras a las elecciones de noviembre. La precandidata del oficialista Partido de los Trabajadores, Dilma Rousseff, estrecha colaboradora del presidente Lula da Silva, expresó: "Por la OMC y por el Mercosur existe la posibilidad de tomar represalias. Una medida tan agresiva como ésta contra Brasil tiene que ser respondida y el primer paso es tener una posición firme, muy fuerte", afirmó la dirigente.
En tanto, el director de Comercio Exterior de la poderosa Federación de la Industria de San Pablo (Fiesp), Roberto Giannetti da Fonseca, encendió la alarma al afirmar que ya hay camiones brasileños parados en la frontera con alimentos cuyos certificados sanitarios están en poder de Moreno. "Todavía no hay ningún decreto ni nada; ¿sólo una palabra basta para que algo se convierta en ley?", se quejó el empresario. Brasil, la Unión Europea y Chile son los principales afectados por las restricciones.
El reclamo europeo y la preocupación brasileña son el resultado de una medida informal del gobierno argentino conocida la semana pasada, pero que se remonta a fines de abril, cuando Guillermo Moreno ordenó al Instituto Nacional de Alimentos (INAL), un organismo sanitario dependiente del Ministerio de Salud, que no entregue nuevos certificados sanitarios para la importación de alimentos sin su autorización. Ayer, en una reunión con la Cámara de Importadores (CIRA), Moreno justificó las barreras en la necesidad de mejorar el saldo comercial argentino (ver aparte).
A pesar de la tensión, el Gobierno volvió a defender la decisión de restringir las importaciones. Ayer fue el turno de la ministra de Industria y Turismo, Débora Giorgi: "Todo lo que el mercado demande en materia de alimentos importados va a estar disponible en las góndolas de nuestro país", afirmó la funcionaria. Y agregó que "la Argentina trabaja bajo las normas de la OMC" y así lo seguirá haciendo, tanto en lo relativo a la aplicación de licencias no automáticas como de medidas contra la competencia desleal.
No comments:
Post a Comment