...QUE LA PAZ SEA CONTIGO...HERMANO, ¿UNA IRONÍA?

Desde hace un tiempo soy un observador –pasivo- de las cosas puntuales que reflejan los discursos de una y otra parte. Soy respetuoso de la opinión del otro. De los posicionamientos políticos y sociales en los distintos ordenes.

Soy respetuoso de los compromisos éticos y morales, fui educado con los tradicionales principios del SXX, y ha quedado impresa allí, mi formación, más allá del transitar en el llano social con mis virtudes y defectos.

Expongo esto por que, me referiré a La Iglesia Católica, Apostólica y Romana; a la que fui adscripto, apena nací. Y crecí más allá de mi juventud, entre sus organizaciones y reglamentos que marcaban una conducta y disciplina espiritual, cristiana, social y humana.

El tránsito hacia la evolución universal invita a acompañar o quedar enredados entre los pliegues caducos de las herramientas que a diario utilizamos para vivir.

Entre ellas, la ciencia y la técnica, han despertado e incentivado las capacidades intelectuales y físicas, que permitieron el despertar social de la estructura humana, que toman a las personas, para servir, competir, crear, neutralizar o destruir.

Creo en Dios, más allá del Big Bang, Como cristiano, mis respetos a Jesús, que lo martirizaron y lo dejaron clavado en la cruz, solamente, para redimir la incomprensión de los incrédulos y de los malvados de espíritu. Los corruptos.

 

Hoy, la cúpula de la Iglesia Católica y romana en Argentina, pide que se vote contra los corruptos.

"Creemos en el valor de la transparencia y la honestidad. Nos comprometemos a cumplir con nuestros deberes familiares, cívicos y fiscales y también a exigir el mismo comportamiento en nuestros representantes políticos; a no votarlos si incumplieren con ello y a movilizar a la opinión pública para que haga lo mismo", l

En este desfase en tiempo y espacio, dicen;  “…a no votarlos si…incumplieren-“Han bajado a la lucha terrenal política, enredado entre el boato y, una enorme perdida de credibilidad y prestigio en el terreno religioso, que lideran las Iglesias Evangélicas. Olvidándose de observar que, “los actos de corrupción” no son de ahora. Ya existían.

La “opinión pública” en el llano social, tiene la atención puesta en lo que le susurra –el subsistir cotidiano- Tiene el oído puesto en el llamado imperioso de las necesidades primarias, salud, trabajo, vivienda, educación, viejas consignas que deambulan entre la estructura social que se denomina -Pobreza-

Y esta estructura social camina todos los días en busca de la solución material y, en su desesperación, hace acto de presencia en las convocatorias que les proveen paz terrenal, y, observan impávidos, el agitar de la vieja y deshilachada bande de –La esperanza-

La Iglesia Católica, no se ha despertado todavía para observar a su alrededor y ver, que han perdido mas del 60% de sus fieles, que, por una mecánica sociológica, se suman a otras congregaciones no católicas.

La Iglesia –politizada- ya no tiene el consenso espiritual para –oponer- a tal o cual situación su convocatoria. La comunión espiritual, ya no tiene el acatamiento disciplinario para cumplir con el mandato de la jerarquía, que, no puede neutralizar el vertiginoso cambio social.

Los teléfonos celulares, computadoras y televisión, son elementos que proveen agilidad mental y de comunicación y exigen adaptación inmediata en el comportamiento cultural.

 Despierta el pensamiento que requiere el espíritu para el logro de sueños creativos, para mejorar la calidad de vida y lograr un espacio socio económico que le permita Ser.

Me parece que; en lugar de hacer un llamado a la opinión pública –a votar en contra de los corruptos- habría que proponer un mecanismo que neutralice la condición social y humana que usa al sistema para beneficio individual.

En los templos, en los actos religiosos, suelo ver a muchos integrantes de la comunidad, que acompañan y escuchan los mensajes cristianos, y, son administradores y proveedores de las herramientas que les permite, a ellos y a los que reciben, ejercer actos de corrupción.

Y hay muchos miembros de la iglesia, que no son templarios justamente, y se acunaron dentro de la estructura eclesial.

Y la corrupción, no es solo, NO cumplir con “…los deberes familiares, cívicos y fiscales…” Sino, está dentro de los vericuetos de la condición humana y, mientras las necesidades primarias aprieten socialmente, la estructura moral, espiritual, será doblegada por un mendrugo,  sexo y vicios desnaturalizados.

Y han propuesto: “…también a exigir el mismo comportamiento en nuestros representantes políticos;-“

Olvidándose de agregar, -de nuestros políticos, representantes sociales y de la iglesia…

 Además, la mayoría de los –políticos- son bautizados, y concurren a los actos religiosos, aunque sea, solamente los domingos. Por lo mismo, pertenecen al rebaño.

Pero, vivir sin apremios económicos, disfrutar de un buen bife, de jamón serrano, vinos de calidad, y pedir y recolectar dinero para administrar la suprema necesidad de la pobreza integral, es un acto que no condice con la Doctrina Social, Y en esto, no incluyo a los curas villeros.

Han pasado 55-56 años en que Perón, sufrió la embestida boata y tuvo que alejarse para que no haya un baño de sangre, para que no asesinaran a mansalva al pueblo.

Y el habitante del llano, cobijado por La Justicia Social, sufría el más cruel de los escarnios, al leer en los carteles pegado en la pared. “Viva el cáncer” Aludiendo a la enfermedad que postraba a nuestra mártir.

Hemos crecido, y tenemos incrustado en el espíritu, la entrega de Evita y de Perón, a los brazos de Cristo, para salvar la dignidad de la condición social y plasmar la paz, para que la nación crezca sin rencores ni atavismos.

Por eso, cada vez que ustedes nos despiden en el templo con; “Que la paz sea contigo” se me eriza el espíritu de ironía.

Y espero que los hombres de buena voluntad y cristianos, no tomen el pendón de guerra para encolumnarse detrás de egos carcomidos, corroídos y vetustos.

Nuestras familias, nuestros hijos, están caminando hacia el futuro, a diez años del S.XXI que reclama paz en el espíritu para crecer, educación, salud, vivienda, trabajo,  dignidad y sacudirse el manto de la costumbre que tiene abrojos corruptos, que arañan el alma y lastiman su condición social y humana.

Juanqui.

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